Conducción técnico – económica

La conducción técnico económica se fundamenta en 4 principios básicos: zona verde, triángulo de fuego, pie de pluma y conservación de la cantidad de movimiento. La aplicación conjunta de estos redundará en el aprovechamiento óptimo del combustible requerido por la unidad. A continuación se describen :

Tomando como base el diagrama que muestra las curvas características del motor (potencia, torque y consumo específico de combustible), la «zona verde» representa el rango del motor -medido en r.p.m.- que registra el menor consumo específico de combustible, el cual a menudo coincide -sobre todo cuando se trata de vehículos diesel- con la zona de mayor torque del motor.

La identificación de los elementos (oxígeno, combustible y calor) que intervienen en el fenómeno de la combustión se denomina «triángulo de fuego» y constituye el 2º principio, el cual permite al conductor entregar -a través de la presión que ejerce sobre el pedal del acelerador- la cantidad exacta de combustible que requiere el motor. Al mezclarse con el aire del medio ambiente que el motor absorbe, el diesel o la gasolina se transforman en energía calorífica.

El tercer principio, denominado «pie de pluma«, se refiere a la posición que el pie del conductor adopta sobre el pedal del acelerador, de tal manera que cuando se aplica la conducción técnico económica, la presión que ejerce el pie debe ser lo más suave posible, incrementando ésta de manera gradual y evitando llegar hasta el tope o fondo del acelerador, pues esta práctica incrementa el consumo de combustible y resulta innecesaria.

Finalmente, el término «conservación de la cantidad de movimiento» no es nuevo, pues todos los operadores han puesto en práctica este sencillo principio de física en algún momento de su vida. La conservación de la cantidad de movimiento resulta esencial para el ahorro de combustible y tiene que ver, básicamente, con el cuidado y pericia del operador, respecto a la anticipación en el movimiento de su vehículo, tanto de las señales y dispositivos para el control del tránsito, como con las variaciones que registra el flujo vehicular en determinados tramos de la vialidad, de tal manera que evite detener totalmente la unidad cuando ello sea posible.

La anticipación, conjuntamente con una correcta distancia de seguridad, permiten identificar las condiciones del tránsito y sus posibles consecuencias, por lo que un conductor que aplica la conducción técnico-económica, además de advertir situaciones peligrosas en el camino y con otros vehículos, también adopta oportunamente velocidades que evitan que su unidad pierda totalmente su energía cinética.

El operador puede desacelerar su unidad utilizando el freno de servicio que acciona con el pie o con el «freno del motor«, de manera que realice correcciones puntuales que le permitan ajustar su unidad a las condiciones de operación del flujo vehicular.

Por lo anterior, en tránsito urbano se recomienda – durante el frenado- que el operador retire el pie del acelerador, dejando que su unidad ruede por su propia inercia con la marcha engranada y pise el pedal del freno, efectuando las correcciones en la transmisión a fin de adecuarlas a su velocidad.

Fuente: Manual de conducción Técnico-Económica para Operadores de Automóviles del sector Público Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía