Las resistencias al avance

Cuando un vehículo automotor se mueve, se presentan básicamente 3 resistencias que tienden a impedir ese movimiento: la del aire (aerodinámica), la del rodamiento y de las pendientes (subidas), que difícilmente llegan a tener los mismos valores, pues intervienen para su determinación una gran cantidad de variables, tanto de la propia unidad como de su operación.

Por ejemplo, la resistencia aerodinámica depende primordialmente de la velocidad del vehículo, la dirección e intensidad del viento, la forma del vehículo y su área frontal.

Esta resistencia es mayor cuando se transita a velocidades altas, pues es en esos momentos cuando se requiere de una mayor potencia para romper la pared del aire que se opone al movimiento.

La resistencia al rodamiento se presenta por la deformación que de manera natural experimenta el neumático y depende del peso del vehículo, las características del pavimento o superficie, y del tipo de neumático y su presión de inflado. A bajas velocidades, la principal causa de fuerza resistente es el propio peso del vehículo.

Por último, la resistencia por pendiente depende tanto del peso de la unidad como del grado de pendiente de la vía, de manera que cuando ésta es ascendente o positiva requiere que el vehículo genere una mayor fuerza de la necesaria para un terreno plano, mientras que cuando es descendente, esta fuerza se vuelve negativa e impulsa a la unidad.

Fuente: Manual de conducción Técnico-Económica para Operadores de Automóviles del sector Público Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía