Abonos orgánicos

Durante muchos años los abonos orgánicos fueron la única fuente utilizada para mejorar y fertilizar los suelos. Primero en sus formas simples como son los residuos de origen vegetal y animal, y después en sus formas más elaboradas tales como «compost» y otros.

Con el desarrollo de la industria y la producción de los fertilizantes químicos, al finalizar la segunda guerra mundial en el año 1945, el uso de los fertilizantes químicos prevaleció en el mundo; especialmente en la producción agrícola intensiva, ocasionando deterioro en los suelos y contaminación del medio ambiente. Esa situación es preocupación en todo el mundo, actualmente se están realizando acciones para lograr la producción de alimentos por medio del establecimiento y desarrollo de la agricultura sostenible, en la que la utilización de abonos orgánicos, abonos verdes y la rotación adecuada de las cosechas, constituyen la base para la sustitución de fertilizantes químicos, proporcionar al suelo los elementos que necesitan las plantas y mantener el equilibrio ecológico.

Las condiciones de altas temperaturas y humedad crean un medio favorable para mantener permanentemente un fuerte proceso de mineralización de la materia orgánica con pérdida de gran parte de los productos obtenidos a causa del arrastre por las lluvias o de su lavado hacia capas inferiores del perfil del suelo, hasta profundidades inalcanzables por las raíces de las plantas.

No es posible alcanzar sostenibilidad en la agricultura, si no se tiene como base fundamental la fertilidad del suelo, la cual propicie no sólo mayores rendimientos sino además disminución en las labores agrotécnicas a practicar incluyendo menor necesidad de riego por su mayor capacidad de retención de agua y eliminación de aplicación de productos fitosanitarios al mantener a las plantas en mejores condiciones para contrarrestar la posible incidencia de plagas y enfermedades.

Alcanzar la mayor eficiencia en el uso de todo tipo de materia orgánica que puedan ser procesadas como abonos orgánicos para su aplicación al suelo, constituye una tarea de primer orden para los productores, funcionarios y científicos que de una u otra forma intervienen en el proceso de producción agrícola.

Fuente: Manual para la producción de abonos orgánicos en la agricultura urbana – Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).