Recibir cordialmente al cliente

En la industria de servicios turísticos a menudo es posible escuchar que la primera impresión es la que cuenta, por tanto, la forma en la que se realiza la recepción del cliente debe ser tomada con la importancia y responsabilidad del caso.

Un valioso ejercicio para mejorar el servicio que brindamos, resulta reconocer que cada trabajador es un anfitrión, y que los clientes se convierten en sus invitados.

Los establecimientos que brindan servicios pueden disponer de los mejores productos de la zona, las mejores instalaciones e inclusive ser muy buenos en materia de mercadeo, pero si estos no son capaces de alcanzar ciertos estándares de atención al cliente, muy poco es el tiempo que se mantendrán en el marcado.

¿Quién es un Cliente?

Es toda aquella persona que confía y espera que con profesionalismo y buena predisposición le resolvamos sus necesidades, dentro de esta misma línea, puede entenderse también que un cliente es todo comprador potencial o real de productos o servicios que nos da la oportunidad de servirle.

Algunos de los principios a tener en cuenta son:

• El cliente es la persona más importante de nuestro negocio.
• No depende de nosotros, nosotros dependemos de él.
• Nos está comprando un producto o servicio y no haciéndonos un favor.
• Es el propósito de nuestro trabajo, no una interrupción al mismo.
• Es un ser humano de carne y hueso con sentimientos y emociones (como uno), y no una fría estadística.
• Es la parte más importante de nuestro negocio y no alguien ajeno al mismo.
• Es una persona que nos trae sus necesidades y deseos y es nuestra misión satisfacerlo.
• Es merecedor del trato más cordial y atento que le podemos brindar.
• Es alguien a quien debemos complacer y no alguien con quien discutir o confrontar.
• Es la fuente de vida de este negocio y de cualquier otro.

Fuente: Manual de hospitalidad del Ministerio de Turismo de Ecuador