Lesiones deportivas musculares

Calambres:

Contracción intensa, brusca, dolorosa y pasajera de un músculo o grupo muscular. Están causados por la fatiga muscular y por desequilibrio electrolítico.

Agujetas:

Dolores difusos de varios grupos musculares que aparecen entre 12 y 24 horas después del esfuerzo. Son típicos de los comienzos de temporada. Parece ya claro que resulta erróneo que sean producidas por acumulación de ácido láctico, y sí por microrupturas del tejido conjuntivo durante la realización de ejercicios excéntricos.

Contractura:

Contracción involuntaria, dolorosa y permanente, que no cede en reposo. No hay lesión anatómica. Puede comenzar con dolor agudo o bien de forma paulatina. El dolor es localizado. El músculo o los fascículos de éste que estén afectados aparecen contraídos y dolorosos a la palpación. Evolución 7-10 días.

Distensión:

Algunas fibras musculares se elongan sobrepasando sus límites de elasticidad. Aparece dolor agudo de difícil localización. A la palpación se advierte un músculo contraído con una zona difusa de dolor. Evolución 7-14 días.

Rotura fibrilar:

Se produce lesión anatómica. Es la solución de continuidad del músculo, debido a su propia contracción y/o por contusión directa. Existe dolor localizado a punta de dedo así como impotencia funcional. No evoluciona en menos de 21 días.

Contusión:

La acción de un agente externo provoca la lesión, que puede llegar a rotura fibrilar por el propio golpe. Es mas grave si el músculo está en contracción. Nos encontramos inflamación, hematoma y limitación de la movilidad con la consiguiente impotencia funcional. La duración suele ser de 1 a 3 semanas si no hay complicaciones.

Desgarro:

Lesión grave que consiste en la rotura total de la mayoría de las fibras de un músculo. Aparece inflamación y, en ocasiones, se podrá palpar como un “hachazo”. Dolor selectivo a la palpación y gran impotencia funcional. Suele precisar tratamiento quirúrgico.

Desinserción:

Arrancamiento del tendón de su inserción o bien de la unión músculo – tendón. Es el resultado de un mecanismo indirecto del propio músculo, en el que se da una contracción brusca y violenta. El dolor en muy violento. Se puede observar claramente la masa retráctil del músculo. Las desinserciones parciales pueden tratarse con tratamiento conservador, mientras que las completas requieren tratamiento quirúrgico.

El tratamiento por el que se debe optar siempre a pie de pista será el de RICE (que a continuación se desarrollará) en todos los casos, excepto en las contracturas, que se podrá aplicar calor desde las primeras 24 horas. Sin embargo, en la práctica resulta muy sencillo confundir una contractura con una rotura fibrilar, en la que el calor esta totalmente contraindicado las primeras 24-48 horas. Por ello, en estos casos, se debe recibir un diagnóstico médico preciso antes de aplicar calor.

Fuente: Primeros auxilios y vendajes personales del curso de entrenadores nivel II