Formación de la conciencia

El dinamismo ético de la conciencia pide que se siga su dictamen, pero también que continuamente se atienda a su formación. Porque el hombre nunca tiene absolutamente el conocimiento de todos los datos, ni puede prever todas las circunstancias y consecuencias, siempre debe estar abierto a conocer más y mejor el camino que lo conduce a ser plenamente humano. Esta visión de la conciencia siempre abierta y crítica, integra perfectamente la tensión entre ladimensión objetiva y subjetiva de la ética.

La negligencia o desinterés en la formación continua de la conciencia, crea unaconciencia errónea y culpable, por instalarse en una posición y no tener en cuenta el compromiso con la verdad. La culpa no reside en seguir sinceramente la conciencia, sino en el descuido anterior, cuando la persona pudo tener un conocimiento más completo y seguro.

La decisión de conciencia no excluye la posibilidad del error. Este es un riesgo de toda opción humana que surge desde el momento en que se ofrecen distintas alternativas sin saber exactamente cuál será la más adecuada. Tampoco simple cumplimiento de la ley elimina el peligro. Porque es ingenuo pensar que con la sumisión a lo que está mandado desaparece todo riesgo a equivocarse. Se suele afirmar que quien obedece no se equivoca. Pero no es así, quien obedece una orden injusta, comete injusticia junto con el que manda, aunque su responsabilidad sea menor, porque no es un agente mecánico. Al obedecer no deja de ser sujeto ético, persona.

Si la obediencia produce tranquilidad, habrá que preguntarse si ésta es auténtica, o fruto de un conformismo que pretende escapar y huir de la propia responsabilidad. Muchas veces la gente pretende huir del riesgo de la decisión, así como también de la responsabilidad. Cuando el que da las órdenes asume esos riesgos y r esponsabilidades, sin dejarlos a los que obedecen, más impide el crecimiento y el desarrollohumano, que lo favorece.

Sin una clara y responsable participación de la conciencia no hay actitud verdaderamente ética; y por eso la obediencia a la ley o a la autoridad por sí mismas, sin advertir de qué ley o autoridad se trata, no es una actitud ética positiva.

La obligación surge de la conciencia cuando ésta advierte lo mejor, o lo que no se debe hacer, en el contexto de las circunstancias.

(García de Alba, Juan Manuel: Ética Profesional,  Págs. 21-22)

La persona que duda y ha agotado el método directo sin llegar a un conocimiento tiene, en realidad, una duda doble:

1.- ¿Cuál es la verdad real en el asunto considerado?

2.- ¿Qué está uno obligado a hacer en semejante situación?

La primera es la duda teórica o especulativa, y esta es la cuestión que no puede responderse, porque el método directo fue utilizadoy no dio resultado. La segunda es la duda práctica u operativa, y es de ésta sola que sostenemos que puede resolverse en todo caso.

Aunque muchas dudas sean teóricamente invencibles, toda duda es prácticamente vencible. Una persona puede llegar a estar cierta de lo que está obligada a hacer, acerca de cómo se espera que actúe, y de cuál conducta le es exigidamientras permanece, con todo, en un estado de duda teórica no resuelta. Así pues, aun que la bondad o la maldad del acto no esté resuelta en lo abstracto, el individuo adquiere la certidumbre, con todo, de lo que en dichas circunstancias está obligado y autorizado a hacer y, por consiguiente, actúa con una conciencia cierta. En otros términos, encuentra la clase de conducta que es ciertamente correcta y buena para la persona que duda. Este proceso deresolver una duda práctica sin tocar la duda teórica se designa como formación de nuestra conciencia.

El proceso de formar nuestra conciencia propia se realiza mediante el uso de principios reflexivos, así llamados porque la mente se sirve de ellos al reflexionar sobre el estado de duda e ignorancia en el que ahora se encuentra. No hay más que dos cursos posibles, a saber: “asegurarse” y “seguir el camino más fácil”. Puesto que estos dos cursos de acción suelen ser casi siempre opuestos, ¿podemos por ventura tomar el que nos guste en cada caso? No. En efecto ya que en cuándo debamos tomar uno o cuándo debamos tomar otro descansa precisamente la formación de una conciencia correcta. (Fagothey, A.: Ética, Teoría y Aplicación, Págs. 41 -42)