Sábanas

La mayor parte de las sábanas que se venden son muselinas de algodón o de mezclas.

También hay telas no tejidas (desechables) y sábanas de caucho, a menudo con el revés de algodón, para bebés y para enfermos, y las sábanas de satín de acetato y de algodón perchado (que se usan para climas fríos y para cobertores ligeros de verano).

Las sábanas de nylon, que aparecieron en las tiendas al menudeo al principio de la década de los cincuentas, son adquiridas por las compradoras que gustan de su apariencia de seda ligera de peso, su facilidad para lavarse a máquina y sus propiedades de secado rápido y de no necesitar plancharse.

Las sábanas entalladas de tejido tricot se encuentran hoy en día en las tiendas y las sábanas de satín de rayón tienen una amplia gama de colores que las hacen sumamente atractivas para regalo.

Las sábanas con la cara de nylon y el revés resisten al deslizamiento de dacrón, poliéster, nylon y algodón que no requieren plancharse, reducen los problemas con los peinados.

Hay dos clases de sábanas de algodón, muselina y percal. El percal es el mejor grado y tiene la cuenta más alta. En realidad, el término muselina debería incluir al percal, porque es una clase de muselina.

Pero los vendedores cuando emplean el término muselina quieren decir tela para pañales, aun cuando rara vez la conocen por este nombre. Los grados más corrientes de sábanas son de tela para pañales y los mejores grados, de percal.

Cuando se usa una mezcla de 65 % poliéster 35 % algodón, siempre hay algunas diferencias de opinión en el mercado respecto a que si las mezclas deben llamarse «muselina» o «percal», debido a que estos términos siempre se habían usado para telas totalmente de algodón.

En la actualidad, cuando se usa la palabra «percal» en publicidad, parece ser que se refiere a «percal totalmente de algodón» o «percal de 65 % poliéster y 35 % algodón».

Es probable que el ama de casa común y corriente compre sus sábanas y fundas para almohadas sin tomar en cuenta su durabilidad. Sin embargo, si se toma en cuenta un acabado que no necesita plancharse, el tamaño, el precio, la marca y la apariencia general.

De hecho, la mayoría de las señoras saben muy poco de sábanas, especialmente las compradoras más jóvenes. Por ejemplo, pocas señoras están enteradas que las sábanas estándar para camas gemelas son por lo general de 72 X 104 o de 72 X 108 plg (1.85 X2.65 X 2.75 m).

Cuando se hacen dobladillo de 5 y 6 plg (13 a 15 cm), (3 plg en la parte superior y 2 en la parte inferior) el tamaño acabado de una sábana de 72 X 104 (1.85 X 2.65) es de 72 X 98 (185. X 2.50 m).

Algunas fábricas están empacando ahora sus sábanas marcando el tamaño que tienen estas ya acabadas en vez del tamaño «de tela rasgada» sin dobladillar.

Hoy en día las sábanas se venden principalmente sobre la base de sus características de no necesitar plancharse más que de su durabilidad.

A las consumidoras les disgusta la pesada tarea de planchar sábanas. Desean una sábana lisa y sin arrugas una vez que estén lavadas y secadas. También quieren sábanas de colores lisos firmes a lavados repetidos.

Consumers’ Research (CR) creen que la consumidora avisada haría bien en tomar en cuenta la construcción y la vida probable de las sábanas.

¿Cuánto tiempo deberá durar una sábana? Sobre la base de pruebas de uso doméstico, CR estima que una sábana ajustada inferior, totalmente de algodón, Tipo 140 (el número se refiere a la cuenta total de hilos) tuvo una duración de 5 años, representados por 125 semanas de uso con 125 lavadas La vida de una sábana se relaciona con su resistencia a la ruptura.

La USA Standar L22.30.8 admite una resistencia mínima a la ruptura de 55 lb. Para los percales de 180 (grado-B) y 200 (Grado-A).

Esta norma para sábanas nuevas disminuyó de una resistencia mínima a la ruptura de 60 a 55 lb. Hay algunas dudas con respecto a sí esta norma es demasiado baja. Si las consumidoras se interesan en adquirir sábanas durables.

Sin embargo, debe recalcarse que CR encontró, en algunos casos, que una sábana puede aumentar su resistencia a la ruptura hasta en un 15 % después de 20 lavadas.

En otros casos, una sábana puede perder hasta un 10 % en una dirección. Pero en la prueba CR de trece marcas de mezclas de poliéster y algodón, que originalmente alcanzaron el estándar mínimo para sábanas nuevas de 55 Ib., ninguna sábana cayó abajo del estándar.

Cualidad de uso de las sábanas. Pueden comprase al mismo tiempo dos sábanas de diferentes marcas y dárseles el mismo número de lavadas; una de las dos sábanas puede gastarse más que la otra. Un estudio de las fibras e hilos, del tejido y el acabado, indicarán la razón.

1. Las fibras de algodón deberán ser de buena calidad y tan largas como sea posible si es que van a hilarse para producir hilos regulares, uniformes, fuertes.

Las mejores sábanas son de fibras de algodón de cuando menos una pulgada de longitud. Un hilo uniforme soportará las lavadas mejor que uno con gruesos y delgados.

Un hilo desigual puede sobresalir de la superficie y además de crear una apariencia poco atractiva, estará sujeto a más fricción y uso que uno que no sobresalga.

Los hilos con lugares delgados son fáciles de romper durante el lavado haciendo un agujero en la tela.

2. Los hilos, para ser durables, deberán hilarse suficientemente apretados. Puesto que la mayoría de las sábanas son de algodón cuyas fibras son comparativamente cortas, una torsión lo bastante apretada evitará que las fibras se jalen con el uso. La resistencia a la tensión de los hilos de torsión apretada es mayor que la de los hilos de torsión floja.

3. Para que pueda considerarse a una sábana como de «primera» calidad o «estándar» deberá encontrarse libre de imperfecciones en el tejido, como son las partes gruesas y delgadas debidas a hilos no uniformes.

La leyenda artículos sin inspeccionar ni clasificar significa que los defectos se deben a hilos imperceptiblemente faltos de uniformidad o a pequeñas manchas de aceite absorbidas durante los procesos de fabricación.

Estos defectos no afectan la calidad de uso de la sábana. Las sábanas se marcan como «segundas» cuando hay algunos defectos en el tejido o imperfecciones en los hilos.

Cada fabricante tiene su propia idea de lo que constituye una segunda. Si las normas de un fabricante son suficientemente elevadas, las pequeñas imperfecciones no afectarán seriamente la durabilidad de la sábana.

Algunas imperfecciones sólo afectan su apariencia. De tal modo que una venta de segundas a un precio menor que las de primera calidad puede resultar una compra económica.

4. La cuenta también es importante. El número de hilos de urdimbre y trama por pulgada determina la cuenta de la tela; la proporción de hilos de urdimbre respecto a los de trama indica el balance.

Una tela de cuenta alta bien balanceada por lo general sobrepasará en uso a una tela de cuenta baja pobremente balanceada.

Por ejemplo: una sábana de cuenta alta bien balanceada podría ser 108 X 104; una sábana de cuenta baja pobremente balanceada podría ser 76 X 60. En cada uno de los casos los hilos de urdimbre se indican primero. Las cuentas pueden variar desde 54 X 47 para una sábana delgada hasta 109 X 97 para una muy fina; la cuenta promedio es 73 X 62.

5. La resistencia a la tensión o a la rotura es un factor importante en la durabilidad. El número de libras requerido para romper una tira de tela de una pulgada de ancho se denomina la resistencia a la tracción de dicha tela.

Debido a que por lo general la urdimbre es más fuerte que la trama, tiene una resistencia a la ruptura ligeramente más alta. Si una sábana rompe la urdimbre 62a lb y la trama a 56, se usará mejor que otra cuya resistencia a la ruptura sea de 47 lb para la urdimbre y 34 para la trama.

Más aún, una sábana puede tener una cuenta bien balanceada y aún así tener baja resistencia a la ruptura. Los dos factores, cuenta y resistencia a la ruptura deben considerarse por separado.

En general, se ha visto que las sábanas con cuentas de hilo satisfactoria tienen buena resistencia a la ruptura y viceversa.

6. Cuando las sábanas se hacían principalmente de algodón, muchas veces tenían una cantidad muy grande de apresto que en forma de almidón o caolín se usaba comúnmente para el acabado de sábanas de baja calidad.

Con el apresto el acabado aparece liso; aumenta el peso de la tela y cubre imperfecciones en la construcción del tejido. Sin embargo, después que una sábana pesada ha sido lavada, luce débil y vellosa. Con las mezclas de poliéster / algodón, el apresto ya no está presente en grandes cantidades.

Los agentes químicos aplicados en los tratamiento de planchado durable no desaparecen con el lavado porque vienen a ser parte de la tela.

7. Las sábanas varían en peso. La muselina Tipo 140 pesa 4.6 onz por yarda cuadrada. La mayoría de las sábanas totalmente de algodón encogen un poco en el lavado.

Las sábanas de tejido flojo encogen más que las sábanas de tejido apretado. A menos que sean de encogimiento controlado, deberá concederse una tolerancia de 4 ½ a 5 % para encogimiento.

Determinación de la calidad. Una compradora no puede usar un dinamómetro ni un cuenta hilos para estar segura de la calidad de una tela, pero pueden hacerse pruebas de laboratorio para cualquier departamento de pruebas para el beneficio de los clientes de la tienda.

La mayoría de las marcas de sábanas nacionales y privadas traen etiquetas informativas que especifican medidas, cuenta de hilos, resistencia a la ruptura, peso y porcentaje de encogimiento. Pero ¿qué significa una cuenta de 128 para la consumidora? Ella deberá ser lo bastante hábil para interpretar ese número sabiendo si especifica una muselina grado A o una grado B.

La apariencia y el tacto de la sábana pueden ser observados con facilidad por la consumidora, ya que puede descubrir los hilos irregulares de una ojeada.

Sosteniendo la tela a la luz, podrá observar cualquier efecto de rayado. Si hay predominio de urdimbre, deberá haber un rayado notorio en el sentido de esta.

También deberá observar lo cerrado del tejido que, mientras más lo sea, más alta será la cuenta y permaneciendo iguales los otros factores, la resistencia de la tela.

Si la sábana está dobladillada, deberán advertirse las puntadas. Una puntada de máquina, bastante corta y uniforme es preferible a una larga o desigual. Se recomienda un mínimo de catorce puntadas uniformes por pulgada.

Deberá usarse un hilo de coser fuerte y sus extremos deberán estar bien rematados.

Se asegura la uniformidad del dobladillo si las sábanas usadas han sido volteadas y no cortadas en tiras.

Más aún, si los dobladillos van a ser uniformes, deberán estar doblados sobre el hilo del material. Es preferible que los dobladillos tengan los extremos cerrados.

Las orillas deberán examinarse cuidadosamente, porque pueden ser el primer lugar en mostrar el uso. Los extremos o filos deberán ser firmes, con todos los hilos bien asegurados. Las orillas encintadas se recomiendan para aumentar la duración.

Las medidas influyen en la capacidad de servicio y en la comodidad. La elección de las medidas en realidad depende de la preferencia individual.

Pero, en gran manera y debido a la ignorancia, muchas clientas compran sus sábanas planas demasiado cortas. Si una cama mide aproximadamente 6 pies de largo (1.85 m.), la cliente puede pensar que una sábana de 90 plg (2.25 m.) puede cubrir con amplitud. Un colchón estándar mide 74 plg (1.88 m.) de largo y 5 plg (13 cm) de grueso. Por lo tanto, deberán dejarse 10 plg (25.5 cm) para cubrir el colchón en la cabecera y en la piecera.

Además, las pruebas realizadas demuestran que la sábana promedio encoge 4 ½ % después de 75 lavadas. Si la sábana tiene estiraje controlado la sábana encogerá 2% o menos.

Una sábana de 108 plg (2.75 m.), por lo tanto, encogerá aproximadamente 5 plg (12.5 cm). Este encogimiento debe de considerarse en el momento de decidir el tamaño adecuado. Los dobladillos son por lo general de 3 plg (7.5 cm) en la parte superior y 2 plg (5 cm) en la parte inferior.

También deberá considerarse alguna tolerancia para doblar en la parte superior y en la inferior –Aproximadamente 7 plg (18 cm). Por lo tanto, 74 plg (1.88 m) (de colchón) más 5 plg (12.5) (grueso del colchón en ambos extremos) más 5 plg (12.5 cm) (grueso del colchón en ambos extremos) más 5 plg (12.5 cm) (tolerancia para encogimiento) más 5 plg (12.5 cm) (para dobladillos) más 7 plg (18 cm) más 7 plg18(cm) (tolerancia para doblar en ambos extremos) da un total de 108 plg (2.75 cm).

La sábana aquí requerida es de una longitud de 108 plg (2.75 m) (108 plg es la longitud cortada antes de dobladillar la sábana). Dado que el encogimiento en una mezcla poliéster / algodón es despreciable, la longitud de 104 plg (2.64 cm) es apropiada.

Para hacer durar las sábanas planas con mayor uniformidad, algunas compradoras prefieren dobladillos del mismo ancho en la parte superior y en la inferior; y cualquiera de los dos extremos puede usarse como extremo superior.

Otras prefieren un dobladillo más ancho en uno de los extremos para distinguir la parte superior de la inferior.

La sábana de abajo y de encima son del mismo tamaño. La sábana de abajo deberá ser suficientemente larga para doblarse en la cabecera y en la piecera y cubrir así totalmente el colchón.

La sábana de arriba deberá doblarse en 6 o 7 plg (15 o 18 cm) en un extremo y deberá doblarse sobre las frazadas aproximadamente media yarda (46 cm)». Las siguientes medidas de sábanas planas son vendidas en la mayoría de las tiendas:

Tipo de cama

Fuente: Apuntes de Confección de blancos y tapicería de la Unideg