Los lavabos

Desde el lavabo sencillo hasta el lavabo de dos senos, existe gran variedad de aparatos tanto por su forma como por sus dimensiones.

Sin embargo, podemos clasificarlos en dos categorías: los lavabos de faldón y sin él. En el interior de esta clasificación podemos encontrar aún dos clases según que estén colocados sobre consola empotrada en la pared, sobre pedestal apoyado en el suelo o sobre el mueble de soporte (figura 32).

Los lavabos de faldón presentan en su parte posterior una parte alzada que protege la pared de los salpicados. Estos aparatos deben estar ligeramente empotrados en la pared de manera que el agua vuelva a caer en la pila.

Los lavabos sin faldón deben estar ligeramente retirados, y a menudo se reemplaza el faldón por una encoladura de azulejos a lo largo del aparato colocando la primera fila de azulejos a 5 cm por deba-jo de la parte llana del lado trasero del lavabo.

Sea cual sea el tipo de aparato, todos los lavabos llevan dos huecos para el paso de la grifería del agua fría y caliente. A este respecto existe una costumbre que quiere que el grifo del agua caliente se encuentre siempre a izquierda mirando al lavabo y sea marcado de color rojo, el grifo de agua fría a la derecha y mar-cado de color azul.

Estos aparatos están igualmente concebidos de forma que pueda fijarse la maniobra del tapón de vaciado, y todos llevan un vertedero que comunica con el desagüe que va unido a la canalización por un sifón.

Fuente: Guía Práctica de fontanería de Reneé Hiller