Conducta general ante una intoxicación

La sospecha de intoxicación, exige actuar de una manera clara y ordenada, ya que frecuentemente estos casos son muy aparatosos y es muy fácil realizar una actuación inadecuada debido a la presión de las personas existentes en el lugar.

I -En primer lugar SERENIDAD:

A pesar de los comentarios, del aspecto que presente la víctima, de los improperios que oigamos, nosotros deberemos mantener la tranquilidad en todo momento.

En todo momento deberemos actuar sabiendo qué hacemos y porqué lo hacemos. Si estamos nerviosos, es muy fácil no tener en cuenta detalles, síntomas u otros datos que a posterior pueden dar lugar a situaciones urgentes.

Por ello, se recomienda ver, oír y callar, actuando como si no ocurriese nada importante. Esta serenidad, calma los ánimos de los presentes y ayuda a realizar nuestra labor con mayor nivel de profesiona-lidad ante la víctima y ante el entorno.

2- En segundo lugar, nuestra actitud sanitaria comienza con la valoración y mantenimiento de las constantes vitales:

Las constantes vitales tienen prioridad sobre cualquier otra actuación o lesión. De nada sirve curar una herida a un
herido con dificultad respiratoria,mientras no mejoremos su respiración ; curaremos su herida, pero puede ser que lo hagamos sobre un CADÁVER, por ello SIEMPRE EN PRIMER LUGAR MANTENER LAS CONSTANTES VITALES.

Las constantes vitales, nos sirven para determinar si hay vida o no, y en el caso de que exista, nos sirven para valorar el grado o nivel de la misma, estas constantes vitales son las siguientes:

Nivel de consciencia:

Se valorará si la víctima está consciente o inconsciente, en ocasiones aparecen estados intermedios como la «confusión mental» en la cual la víctima presenta periodos breve de inconsciencia.

Respiración:

Se determina si hay respiración o no. Si no se observa respiración, se abrirá la vía aérea y se iniciarán los pasos de la reanimación.

Si hay respiración, se verá si la misma es normal o no

Pulso:

Se determinará la existencia o no de pulso en la arteria carótida, situada en el cuello. Además, se contarán el número de pulsaciones por minuto.

Tras valorar las constantes vitales y siempre que las mismas sean aceptables, se pasará al examen detallado de la víctima buscando otras lesiones . Aunque cada tóxico produce lesiones determinadas, en general las manifestaciones de toxicidad más frecuentes son:

1- Alteración mental:

Con manifestaciones como: euforia, depresión, tendencia al sueño, habla desenfrenada, alteración de la marcha, disminución de la percepción al dolor .

2- Alteraciones respiratorias:

Con dificultad respiratoria, tos, expectoración (moco… )

3- Manifestaciones digestivas:

Aparece dolor abdominal, vómitos, diarreas.

4- Lesiones en la piel.

Con quemaduras, picor, aparición de ronchas de color rosa. En el caso de las intoxicaciones, existe la posibilidad en algunos casos de administración de algún antídoto.

Un antídoto es una sustancia que neutraliza los efectos del tóxico. No todos los tóxicos tienen un antídoto y además un antídoto sólo sirve para determinado tóxico y no para todos los casos de intoxicación.

En la sociedad está muy extendida la creencia de que una serie de sustancias sirven como antídoto para cualquier intoxicación como son: la leche, la clara de huevo, el café, el vinagre, el limón, el aceite, ..Estas sustancias no deben ser administradas de forma indiscriminada, su uso tiene sus inconvenientes, por ello cuando se quiera dar alguna sustancia para disminuir la dosis del tóxico, lo más aceptable, es dar agua sola.

Para terminar con esta parte, hay que advertir que está prohibido provocar el vómito cuando la víctima esté :

* Inconsciente
* Si hay convulsiones.
* Si hay dificultades respiratorias.
* Si ha ingerido lejía.
* Si ha ingerido Salfumán o agua fuerte. *Si ha ingerido disolventes.
* Si ha ingerido gasolina.

Fuente: Manual de socorrismo y primeros auxilios