El curvado del cobre

El curvado del cobre se efectúa ya sea en frío ya en caliente según los diámetros utilizados. En general, para los pequeños diámetros hasta 10/12 mm inclusive, puede hacerse el curvado en frío. Para los diámetros superiores, se impone el curvado en caliente.

El curvado en frío se opera más corrientemente con cobre recocido. Si se quiere curvar un cobre martillea-do de pequeño diámetro, es fácil, con una lamparilla de soldar, calentar la parte que hay que curvar y, así, recocerla y haciendo esta porción más maleable.

El curvado en frío se realiza con ayuda de un muelle de espiras contactadas por los bordes que se enfilan en los tubos para evitar una deformación de su sección (más tarde veremos la utilización de esta herramienta).

El curvado en caliente necesita un rellenado del tubo fino; debe hacerse un amontonamiento muy cuidado de esa arena en el tubo después de haber tapado una extremidad. Se calienta el cobre en la longitud del doblado y ya puede realizarse la operación de curvado.

Ya sea en frío ya en caliente, el curvado de un tubo se realiza según un molde doblatubos levantado en el lugar en que debe colocarse el tubo. Este molde doblatubos puede realizarse con ayuda de un cable de hierro de 4 mm de diámetro al que, con la mano, se da la forma o curvatura deseada.

Este método del molde doblatubos tiene dos ventajas: primero dar la forma exacta de la pieza; midiendo después con ayuda de una cuerda, dar la longitud exacta del corte del cobre a realizar para empalmar las dos partes.

Fuente: Guía Práctica de fontanería de Reneé Hiller