Otros factores limitantes

Las poblaciones se pueden limitar por varios factores. De hecho, casi todo aquello que afecte las vidas de los organismos puede actuar limitando el tamaño de la población. Generalmente esos factores no son dependientes de la densidad. La temperatura y el oxígeno disponible son dos ejemplos.

Con frecuencia, la temperatura es un factor que limita la magnitud de las poblaciones de insectos. En las zonas templadas, la población de insectos comienza a crecer lentamente al final de la primavera y más rápido durante el verano. Pero el crecimiento de tales poblaciones, representado en una gráfica, puede ser diferente a una gráfica en S. Al igual que la gráfica en forma de S, puede iniciarse con lentitud y después subir rápidamente.

Pero no podrá nivelarse para formar una meseta. En lugar de esto, presentará un súbito descenso en el tamaño de la población debido a que los insectos adultos mueren con rapidez en el otoño cuando se inician las heladas. Antes de morir, los insectos depositan sus huevecillos fecundados en algún lugar «seguro». Durante la siguiente primavera, emergen jóvenes adultos y principia otra «explosión» de la población.

La cantidad de oxígeno también puede ser otro factor limitante en las comunidades acuáticas. En casi todos los organismos es necesario el oxígeno para su respiración. Si el nivel de este gas disminuye demasiado, no pueden sobrevivir muchos animales. La disminución del contenido de oxígeno en el agua es

posible que sea causada por la contaminación. Por ejemplo, el inadecuado tratamiento de las aguas negras puede ser causante de la descarga de mucho material orgánico en el agua. La descomposición de este material por las bacterias, consume grandes cantidades de oxígeno. De esto resulta la muerte de muchos animales. Cuando los cuerpos muertos se descomponen, el nivel de oxígeno baja mucho más. Esto puede afectar a toda la comunidad acuática.

El contenido de oxígeno también se relaciona con la temperatura. En el agua fría puede disolverse más oxígeno que en el agua caliente. Algunas veces se vierte agua caliente a los ríos, corrientes o lagos desde las fábricas o plantas de energía. Esta agua caliente es capaz de elevar la temperatura del agua a la que se agrega y provocar la disminución del contenido de oxígeno. Los peces y otros animales no podrán sobrevivir bajo tales condiciones.