Origen y descripción del coliflor

La coliflor se cultivaba ya en tiempos remotos en Italia, Egipto y Malta. Pertenece a la familia de las crucíferas, género Brassica, especie oleracea y subespecie botrytis. Es una planta herbácea, vivaz, de tallo vigoroso de hasta 50 cm de altura, poco ramificada y con hojas grandes, alargadas, lampiñas y de color verde claro, aunque algunas variedades pueden tenerlas de tonalidades más oscuras e incluso azuladas.

Las flores, agrupadas en inflorescencias, son grandes y amarillas. El cáliz posee cuatro sépalos y la corola cuatro pétalos alternos. Son plantas alógamas o de fecundación cruzada, fecundación que realizan fundamentalmente los insectos. Al llegar el momento de la floración, la yema terminal se alarga, deja de producir hojas y se inicia la formación de un cogollo que consta de ramos inflorescentes cortos y muy engrosados, portadores de una masa compacta de yemas florales.

El conjunto de estas inflorescencias, blancas o de un amarillo pálido, es lo que se denomina «pella», la cual se encuentra rodeada y protegida por las hojas. Los frutos son silicuas que miden de cinco a seis centímetros y que encierran numerosas semillas, generalmente de color oscuro.

Posee una raíz principal gruesa, fusiforme, que se desarrolla verticalmente y de la que salen abundantes raíces secundarias que raramente se ramifican.

Fuente: Ministerio de agricultura, pesca y alimentación.