Cultivo de truchas

Para el cultivo de estos salmónidos, hemos tomado como ejemplo la trucha arco iris (Oncorhynchus mykiss) ya que esta especie, como fuera comentado, es la que se produce en mayor cantidad a nivel mundial. Sin embargo, para el conocimiento de potenciales productores y pensando en un futuro desarrollo (cuando el país haya entrado en una etapa de asentamiento y crecimiento de su producción) hemos incluido además en el texto, datos sobre el cultivo de las charrs: la trucha salmonada o de arroyo (Salvelinus fontinalis ) y la artic charr u omble chevalier (Salvelinus alpinus); dos especies que últimamente están elevando su producción mundialmente y que pudieran ser interesantes para un futuro de diversificación acuícola. Estas producciones aún crecientes, son ínfimas comparadas con las de trucha arco-iris.

En el caso de producción comercial, los huevos se obtienen prácticamente a partir de los reproductores estabulados por los mismos productores en estanques o jaulas acondicionadas, o pueden ser adquiridos a otros establecimientos (nacionales y/o extranjeros). Esto último ocurre cuando el productor carece de hatchery o laboratorio; o bien si el mismo desea importar genética foránea u obtener una mayor continuidad anual en su producción. En el caso de aquellos productores que practican los cultivos en jaulas, el abastecimiento podrá provenir de juveniles comprados directamente en establecimientos reconocidos por su calidad de producto (truchas o salmones) o bien, posteriormente junto al crecimiento en producción, obtener ellos mismos sus subproductos.

La producción de huevos de trucha existente en Argentina, proviene fundamentalmente de ejemplares “donaldson” (no-puros) introducidos primitivamente al país. Algunos productores importan, ocasionalmente o con continuidad, huevos embrionados y desde 1995 a la fecha, todas las partidas de trucha aro-iris, introducidas con fines comerciales de cultivo, han provenido del Estado de Washington. Para la introducción de huevos o alevinos de peces se necesita cumplimentar la reglamentación 987/97 de la SAGPyA y las que tengan dictaminadas aquellas provincias en las cuales el productor esté o desee asentarse, además de cumplir con los requisitos que oportunamente determine el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (SENASA).

El período de incubación de las ovas, depende estrechamente de las temperaturas ambientales, pero en promedio, se acerca a las tres semanas después de producida su fertilización y hasta la eclosión (con alrededor de 12-13ºC constantes); o bien, dentro de los 4-7 días luego de haber recibido un stock, en “estadío de ojos” (si provienen del exterior o de fuera del establecimiento).

Al recibir ovas embrionadas del exterior del establecimiento, ellas llegan acondicionadas (bajo hielo) y portan la información sobre UTA, hasta producido el envío. El primer paso a la llegada de las mismas, es el aumento de l atemperatura, gradualmente, hasta igualarla a la propia del agua a utilizar en la hatchery o laboratorio y el reemplazo de la cantidad perdida del embarque. El acondicionamiento de los huevos ya embrionados a la temperatura mencionada, debe ser realizado en artesas limpias o en otro tipo de contenedor utilizado por el productor, con regulación de la temperatura. El proceso de acondicionamiento suele abarcar desde 30 minutos hasta 1 hora y durante el

mismo, se agregan pequeñas cantidades de agua limpia. Se necesita remover suavemente las ovas, para asegurar una buena circulación de agua para todas ellas. Los contenedores (cajas, etc.) donde hayan sido transportadas, se deben destruir o desinfectar con cloro o formol en lugar alejado, para prevenir cualquier contaminación de la hatchery con organismos patógenos.

Los huevos pueden haber sido desinfectados previamente por el abastecedor, pero constituye una buena práctica volver a desinfectarlos nuevamente. Los desinfectantes utilizados para esta fase contienen iodina y debe administrarse durante 10 minutos solamente, en forma de baño, a una proporción de 100 ppm (partes por millón) de iodina libre. El iodóforo comercial, más utilizado como desinfectante, es la Argentyne o la Betadina que contienen 1% (10.000 ppm) de iodina disponible. Otros, como el denominado Wescodyne, contienen 1,6% o más de iodina disponible y requiere mayor dilución. Es necesario asegurar la exacta concentración del desinfectante a utilizar.

El desinfectante se mezcla suavemente al stock recibido de huevos, de tal forma que la superficie de todos y cada uno, entre en contacto con la solución. Una vez finalizada la operación, pueden ser contados y dispuestos en los incubadores hasta su eclosión final. Este abarca aproximadamente dos semanas, durante las cuales los pequeños peces deberán ser cuantificados semanalmente.

En forma ideal durante esta fase, el OD no deberá ser inferior a 6 mg/litro. Los alevinos estaránlistos para ser traspasados a grandes tanques o directamente a jaulas, cuando pesen alrededor de 1,8 a 2,5 g. El equipo utilizado en la hatchery debe ser de uso exclusivo de ella. Es importante realizar la desinfección de la sala y del equipo en forma regular, con el empleo de soluciones apropiadas de hipoclorito u otro desinfectante (incluyendo la infraestructura, tanto se trate de suelos como de contenedores).

Fuente: Dirección de Acuicultura. Gobierno de Argentina.