Fertilización en el cultivo de la fresa

La demanda general del cultivo en nutrientes es elevada, por lo que se deben considerar, entre otros factores, la variedad elegida, época de plantación, fertilidad natural del suelo, contenido porcentual de materia orgánica, tipo de riego, calidad del agua, clima y vigor de la planta, entre otros.

Es importante efectuar un análisis de fertilidad del suelo para establecer el programa de fertilización más adecuado. De acuerdo con la granulometría de los suelos de la región productora de Valle de Bravo, estos se sitúan entre los grupos de textura fina y textura media, clasificados los primeros como arcillo limosos y los segundos como franco arcillosos, de pH ligeramente ácido que van en promedio del 5.4 al 5.8, un contenido moderadamente alto de materia orgánica (2.8%), niveles altos moderados en fósforo y de mediano contenido de potasio, mientras que para el calcio y el magnesio su contenido se registra como moderadamente alto.

Con relación al requerimiento propio de la planta de fresa, y en particular de las necesidades de los suelos de la zona productora de Valle de Bravo, es importante la incorporación durante la preparación del terreno de 1-3 toneladas por hectárea de estiércol ovino, perfectamente descompuesto para evitar con ello la proliferación de alguna enfermedad perjudicial para el cultivo. Se sugiere no emplear Gallinaza por tratarse de un abono orgánico muy fuerte.

Ante la situación progresiva de acidez de estos suelos, y en caso de que su análisis reporte un pH 5.5, se sugiere incorporar también durante el barbecho Cal Agrícola en dosificación de 1.5 a 2.0 ton/ha; otra opción es la Cal dolomítica (Dolomita) en dosis de 1.5 ton/ha.

El tratamiento de fertilización para la zona de influencia, se ubica en el orden de las 110-80-80 unidades técnicas de nitrógeno, fósforo y potasio, respectivamente. Las fuentes que se sugiere emplear son fosfonitrato en cantidad de 350 kg/ha, superfosfato de calcio triple o DAP 18-46-00, con 200 kg/ha y sulfato de potasio o nitrato de potasio, 150 kg/ha.

Como aplicación de base o después del transplante, deben incluirse en la mezcla 100 kg/ha de fosfonitrato la totalidad del fósforo (200 kg/ha) y nada del sulfato de potasio ó del nitrato de potasio, incorporando 30 gr de la mezcla por metro cuadrado. Es conveniente incluir, en caso de no haberlo hecho durante la preparación del terreno, el insecticida Counter granulado al 5% en dosis de 20 kg/ha, o este mismo producto pero al 15% de concentración en dosis de 7 kg/ha, para el control de una de las principales plagas del suelo que aquejan la zona de influencia, que es la gallina ciega.

Una vez establecido el cultivo, se utilizarán las fuentes restantes de Nitrógeno y Potasio, divididas en dos partes iguales de 125 kg/ha de fosfonitrato más 75 kg/ha de sulfato o nitrato de potasio, para cada una. Estas serán incorporadas antes a la etapa de floración y antes del cuajado del fruto.

Fuente: Secretaría de Desarrollo Agropecuario Instituto de Investigación y Capacitación Agropecuaria, Acuícola y Forestal del Estado de México.