Teorías contemporáneas

Los contractualistas clásicos partían de una situación hipotética de conflicto entre ciudadanos. Luego, intentaban garantizar un orden basado en una aceptación racionalmente pactada.

Finalmente, querían ofrecer un modelo a partir del cual pudieran confeccionarse las constituciones o las leyes. El objetivo final que se pretendía alcanzar mediante esta teoría era diferente para cada uno de sus máximos representantes.

Hobbes buscaba la seguridad, mientras que Locke apelaba a la libertad y la propiedad privada.
Rousseau intentaba fundamentar los principios de igualdad y justicia social, siempre en un contexto de libertad y ética. Las teorías anteriormente mencionadas presentaban algunas limitaciones.

Nace así el neocontractualismo, que tiene como referente las teorías contractualistas clásicas, principalmente las de Locke y Rousseau.

Las tres corrientes más representativas de este nuevo contractualismo son:

– La teoría de la justicia, de John Rawls;
– El Estado mínimo, de Robert Nozick, y
– La teoría de la elección pública, de James Buchanan.