El nuevo despertar de Europa

A pesar de la crisis, la cultura grecorromana jamás se rompió y, a partir del siglo IX, Europa inició un nuevo despertar, que se fue incrementando durante los siglos posteriores.

En el siglo IX, el emperador Carlo magno fundó la Escuela palatina de Aquisgrán y nombró maestros de la misma a varios eruditos, entre los que destacó Alcuino de York.

Continuando con dicha iniciativa, posteriormente se crearon las escuelas catedralicias y monásticas y, a finales del siglo XII, este proceso desembocó en la creación de las Universidades, las primeras de las cuales fueron las de Bolonia, París y Oxford.

De este modo, al comienzo de la Baja Edad Media, la estructura feudal comenzó a resquebrajarse. Numerosos campesinos, al huir de la jurisdicción de sus señores feudales, contribuyeron a incrementar la población urbana y al desarrollo de las nuevas ciudades.

Este proceso debilitó el poder de los señores feudales y aumentó el de los reyes. Así, poco a poco fueron cobrando mayor fuerza y significado político la autoridad del monarca, hasta dar lugar al desarrollo de las grandes monarquías europeas: España, Francia y Gran Bretaña.