Los clientes

Para vender un producto, conviene conocer bien las características de los posibles clientes:

– ¿cómo son?,
– ¿dónde viven?,
– ¿cuánto ganan?,
– ¿qué gustos tienen?.

Los principales aspectos que hay que valorar son:

¿Quién decide, quién compra, quién paga y quién consume?. Cuando no lo hace todo la misma persona, hemos de tener en cuenta a las diferentes personas que intervienen: quiénes y cómo son, qué valoran, etc.

¿Qué se compra y por qué?. Se puede elegir un producto en función de sus características, calidad, imagen de marca, etc. Por ejemplo, un bolígrafo sencillo es un material de escritura; pero uno de lujo es, además, imagen, prestigio, calidad.

¿Cuándo se compra y con qué frecuencia?. Hay que saber si se trata de un producto que se adquiere diariamente, en vacaciones, con motivo de alguna fiesta, etc.

¿Dónde se compra?. Para que los clientes que deciden comprarlo no tengan ninguna dificultad en localizarlo, hay que saber dónde se compra: en tiendas especializadas, en grandes almacenes, en supermercados, en farmacias…

¿Cuánto se compra?. Si las preferencias están dirigidas hacia envases pequeños o grandes, si se adquieren de uno en uno o varios a la vez, etc.

Todas estas cuestiones nos serán de gran utilidad para determinar la estrategia comercial.