Objeto perceptivo y objeto evaluativo

Como bien hace notar Kaplan, la observación no inferencial es muy poco frecuente. La inferencia, es decir, la atribución de una significación, será más débil si el objeto que se debe observar es de naturaleza perceptiva, y más fuerte si es de naturaleza evaluativa.

Diremos que el objeto es perceptivo cuando el observador enuncia escrupulosamente lo que ve o lo que oye sin preocuparse de la significación que estos hechos perceptivos conllevan.

Diremos que el objeto es evaluativo cuando el observador anuncia intenciones, o motivos, o sentimientos… Este proceso de inferencia se fundamenta en los efectos del comportamiento, las relaciones entre los elementos de la situación, antecedentes, consecuentes y en la propia experiencia personal del observador.

Podemos afirmar que el nivel de inferencia en el objeto perceptivo es, en general, débil en la recogida de información, pero puede ser más elevado en la fase de análisis y de utilización de está información; el nivel de inferencia en el objeto evaluado puede ser elevado en ambas fases.

En este contexto, nos interesa subrayar que cuando el nivel de inferencia aumenta:

– El nivel de acuerdo interobservadores tienda a disminuir.
– La preparación para la observación necesita más tiempo y más esfuerzo.
– El trabajo de especificación y de operacionalización (descripción de los indicadores que se deben observar) resulta más pesado, ya que el abanico de casos posibles aumenta.
– El acuerdo entre los diferentes equipos de observadores también tiende a disminuir.
– La validez se encuentra, a veces, en entredicho (se ha observado una cosa que no se puede precisar).

Fuente: Observar para Educar – Observación y evaluación en la práctica educativa, Jean-Marie De Ketele