Teoría sociológica

Para llevar a cabo esta investigación, los sociólogos desarrollan una teoría que ofrece una explicación general de comportamiento suicida.Podemos concebir las teorías como intentos por explicar de manera exhaustiva hechos, fuerzas, evidencias, ideas o comportamientos. En sociología, una teoría es un conjunto de afirmaciones que buscan explicar problemas, acciones o comportamientos. Una teoría efectiva tendría capacidad tanto para explicar como para predecir. Es decir, nos puede ayudar a ver las conexiones entre fenómenos aparentemente aislados, así como a comprender cómo un cambio puntual en un entorno desencadena otros cambios. Más de cien años antes, un sociólogo trató de observar científicamente los datos sobre suicidios.

Émile Durkheim desarrolló una teoría muy original sobre la relación entre el suicidio y los factores sociales. Le interesaban sobre todo no la personalidad de los individuos que se habían suicidado, sino las tasas de suicidio y cómo éstas variaban entre los distintos países. Por consiguiente, cuando estudió el número de suicidios registrados en Francia, Inglaterra y Dinamarca en 1869, también tuvo en cuenta la población total de esos países para establecer la tasa de suicidios en cada nación. Encontró que mientras que Inglaterra tenía sólo 67 suicidios registrados por cada millón de habitantes, Francia tenía 135 por millón y Dinamarca 277. La pregunta se transformó entonces en: «¿Por qué Dinamarca tiene, en comparación, una tasa de suicidios tan elevada?»

Durkheim fue mucho más allá en sus investigaciones sobre las tasas de suicidio. El resultado fue su decisivo estudio Suicidio, publicado en 1897. Durkheim se negó a aceptar explicaciones del suicidio no probadas, entre ellas que las fuerzas cósmicas y la herencia causaban tales muertes. En cambio, se centró en factores sociales, como la cohesión o falta de cohesión de los grupos religiosos, sociales o profesionales.

La investigación de Durkheim asegura que el suicidio, a pesar de ser un acto solitario, está relacionado con la vida del grupo. Los protestantes tenían unas tasas de suicidio mucho más altas que los católicos, los solteros alcanzaban tasas mucho más altas que los casados y los militares eran más propensos a quitarse la vida que los civiles. Además, parecían darse mayores tasas de suicidio en tiempos de paz que en tiempos de guerra o de revolución y más en tiempos de inestabilidad económica y recesión que en tiempos de prosperidad. Durkheim llegó a la conclusión de que las tasas de suicidio de una sociedad reflejaban el grado de integración de las personas en la vida grupal de la sociedad.

Émile Durkheim, como muchos otros científicos sociales, desarrolló una teoría para explicar cómo se puede entender el comportamiento individual dentro de un contexto social. Señaló la influencia de los grupos y las fuerzas sociales en lo que siempre se había considerado como un acto muy personal. Está claro que Durkheim ofrecía una explicación de los suicidios mucho más científica que la de los astros o la propensión heredada. Su teoría tenía poder de predicción, ya que afirmaba que las tasas de suicidio aumentarían o disminuirían en relación con ciertos cambios económicos y sociales.

Por supuesto, una teoría —incluso la mejor teoría— no es una afirmación definitiva sobre el comportamiento humano. La teoría del suicidio de Durkheim no es una excepción. Los sociólogos continúan investigando los factores que marcan las diferencias entre las tasas de suicidio en todo el mundo y los que marcan la tasa de una sociedad específica. Por ejemplo, a pesar de que la tasa general de suicidios de Nueva Zelanda es sólo ligeramente superior a la de Estados Unidos, la tasa de suicidios entre los jóvenes es un 41 por 100 mayor en Nueva Zelanda. Los adolescentes homosexuales que no comparten con los demás adolescentes su preferencia por los deportes son particularmente vulnerables al suicidio (Shenon, 1995).