Características de un servo regulador

El servo-regulador está formado por un sensor que detecta el nivel de vacío existente en el punto donde está montado y envía una señal a través de un tubo independiente que activa al regulador. Este ajusta el nivel de vacío al nivel prefijado variando la entrada de aire en respuesta a la señal recibida del sensor. El regulador debe estar:

– Rígidamente montado.

– Aislado lo más posible de vibraciones.

– Montado en una posición tal que no puedan entrar en él líquidos ni acumularse humedad condensada procedente de la tubería de conducción de aire.

– Situado entre el calderín de vacío y la primera derivación de la tubería de conducción de aire, o sobre el calderín de vacío, en un sitio limpio.

– En un lugar fácilmente accesible, en el cual se pueda colocar un medidor de caudal de aire para las comprobaciones.

– Se debe colocar una T entre el regulador y el calderín de vacío debiendo ser en sus diámetros, como mínimo, iguales a los de la conducción de aire y de forma que el eje de la derivación no esté por debajo de la horizontal.

Existe el riesgo de interacciones que pueden producir inestabilidad cuando hay más de un regulador montado en una instalación. General mente, este problema se evita montando cada regulador en una conexión separada a la tubería de conducción de aire y separándolos a intervalos de 500 mm, como mínimo.

La sensibilidad del regulador debe permitir controlar el vacío de forma que bajo las condiciones de ensayo, es decir con la instalación preparada para ordeñar con todas las copas de ordeño tapadas y solo una unidad trabajando, el nivel de vacío no sea superior en 2 kPa sobre el que existe cuando todas las unidades de ordeño están funcionando.

La entrada de aire o fuga a través del regulador, cuando está nominalmente cerrado, no debe ser superior a 35 lts./min de aire libre o al 8 % de la capacidad de la bomba, considerando el valor que resulte superior, trabajando a un nivel de vació de 2 kPa por debajo del que existe cuando están funcionando todas las unidades, con las copas de ordeño tapadas y los accesorios, incluido el regulador de vacío.

El vacuómetro indica la diferencia entre la presión atmosférica y la del sistema, es decir, que si marca 48 kPa, la presión en el interior del sistema será de:

100 – 48 = 52 kPa

Debe tener un diámetro mínimo de 75 mm extra, graduado en kPa a intervalos de 2 kPa, tener una indicación del vacío normal de trabajo y ser ajustable.

Debe estar montado entre el regulador de vacío y la instalación de ordeño, en un lugar fácilmente visible para el operario durante el ordeño.

El interceptor tiene la función de evitar la entrada de humedad y suciedad en la bomba de vacío. Está equipado con válvulas automáticas de retención y de drenaje y su capacidad efectiva mínima debe ser de 15 lts.

El diámetro interno de las conexiones de entrada y salida debe ser igual que el de la tubería de vacío y se monta cerca de la bomba, en una posición accesible para facilitar su inspección y limpieza.

No debe haber conexiones intermedias en la tubería de conducción de aire entre la bomba de vacío y el interceptor.

Fuente: Apuntes de Industrialización de productos lácteos de la UNIDEG