Enfoque clínico en el diagnóstico del paciente edematoso

En general, una buena historia clínica, un acucioso examen físico y un conocimiento del momento epidemiológico orientan muy bien hacia la causa del síndrome edematoso, y por ende, hacia un estudio y tratamiento adecuados.

En la anamnesis, es importante averiguar sobre enfermedades o infecciones previas, drogas en uso, presencia de diarrea o vómitos, dolores articulares, fiebre, cambios de coloración y/o evacuación de orina, historia nutricional.

En el examen físico se debe describir el edema, buscar soplos, hepato /esplenomegalia, ictericia, artritis, lesiones en piel, masas abdominales, adenopatías, malformaciones externas, bocio. Es muy importante observar la orina, medir la presión arterial y registrar el peso actual (comparar). Puede ser útil observar una fotografía previa del paciente.

Los exámenes de laboratorio estarán guiados por la sospecha clínica del diagnóstico, destacando la gran utilidad del análisis de orina para evaluar proteinuria, hematuria y cilindruria. En sangre: medición de BUN y creatinina, albuminemia, colesterol, pruebas hepáticas, y hemograma con VHS.

En una segunda línea: serología para Lupus eritematoso (AAN), hepatitis B y C, C3 y C4 y eventualmente ANCA. Ante la sospecha de GNAPE, se debe estudiar evidencia de infección estreptocócica con serología (ASO, anti-DNAsa B) y frotis faríngeo. En algunas ocasiones puede ser necesaria una evaluación radiológica de riñones, hígado y corazón (ultrasonografía, Rx).

Fuente: Manual de pediatría por el Dr. Felipe Cavagnaro S. M. de la escuela.med.puc.cl