Soluciones frente a la contaminación acústica

La primera forma de intervención destinada a disminuir los efectos de la contaminación acústica es procurar aislarse de ella, pero carece de eficacia cuando se trata de actividades realizadas en el exterior. Por ello, las formas de intervención deben enmarcarse en una política de gestión medioambiental y de mejora de la calidad de vida.

Las acciones para luchar contra el ruido pueden ser preventivas o correctoras:

1. Acciones preventivas. Se basan en la aplicación de planes que prevengan la contaminación sonora. Entre ellas destacan:

Planiicación del uso del suelo, que es el instrumento más eficaz, ya que las molestias causadas por el ruido provienen de la realización de ciertas actividades que son incompatibles con la zona en la que se asientan.

Planificación urbana, que emplea como instrumento más eficaz el de la zonificación y aislamiento geográfico de actividades más ruidosas con relación a zonas habitadas.

• La arquitectura urbana, mediante la construcción de ediicios que actúan como pantallas, la ubicación y distribución adecuadas de las viviendas, la insonorización y la instalación de pantallas acústicas.

Estudios de impacto ambiental, de gran importancia a la hora de tomar decisiones sobre planificación de usos del suelo y establecimiento de industrias.

Medidas que impliquen el establecimiento de ordenanzas y normativas, tasas, multas, subvenciones, etc.

• Utilización de sistemas que supongan una disminución del ruido en las fuentes emisoras, como silenciadores en tubos de escape, maquinaria con dispositivos de insonorización y empleo de técnicas que ocasionen menos ruido.

Información y educación ambiental, que produzcan una sensibilización del ciudadano, a través de campañas publicitarias; además, hay que introducir en los sistemas educativos el conocimiento del sonido y los daños que una exposición prolongada al ruido (per-manencia en ambientes ruidosos) puede ocasionar, para poder fomentar actitudes que impliquen una supresión de comportamientos excesivamente ruidosos.

2. Acciones correctoras. Se basan en la limitación, la reducción del ruido en la fuente emi-sora y en la protección de la población más expuesta. Pueden ser:

Reglamentaciones elaboradas por las administraciones públicas, como los reglamentos específicos que regulan los niveles de emisión de ruido por las distintas fuentes y las legislaciones globales que agrupen todos los elementos que intervienen en la lucha contra la contaminación acústica.

• Acciones directas sobre las fuentes de emisión, como limitar el nivel de actividad o re-ducir su potencia sonora, zonificación y aislamiento geográfico de actividades ruidosas, modificar el trazado de las vías de circulación con el fin de alejarlas de zonas pobladas, insonorización de edificios y colocación de barreras acústicas.