Efectos de la contaminación acústica

El ruido actúa sobre el organismo por medio de las vías auditiva y psicológica, afectando a la salud, la comunicación, la atención y el comportamiento de las personas. El hecho de esta-blecer relaciones causa-efecto respecto a la acción del ruido ocasiona problemas, dada la gran cantidad de factores que influyen en la producción del ruido: tiempo de exposición, edad del individuo, estilo de vida, tipo de trabajo. Por otra parte, para determinar los efectos provocados
por los sonidos es necesario tener en cuenta el conjunto de ruidos de diversas fuentes a los que están sometidas las personas en su actividad diaria. Los efectos que se producen son:

Alteraciones fisiológicas, como la pérdida de audición.

Otras repercusiones del ruido se producen sobre la respiración, pues niveles superiores a 90 dB producen un aumento de su frecuencia. En el sistema circulatorio, el ruido ocasiona aceleraciones del ritmo cardiaco, aumento de la presión arterial y riesgo coronario.

En el aparato digestivo produce disminución de la secreción salivar, náuseas, vómitos, pérdida de apetito e incluso úlceras gastroduodenales. Sobre el sistema endocrino provoca una alteración en el funcionamiento de las glándulas suprarrenales que ocasiona aumento en la secreción de adrenalina. Además altera el órgano del equilibrio, lo que supone pérdida de este y vértigos.

Alteraciones psíquicas, cuyos factores de mayor repercusión son la intensidad del ruido (cuanto más irregular e intermitente, más molestias ocasiona y más difícil es adaptarse a él), la fuente de emisión, la hora de emisión (los ruidos son más molestos durante la noche) y el estado de ánimo o la sensibilidad del receptor.

Las alteraciones psíquicas más frecuentes son la neurosis, la irritabilidad y el estrés.

Otras alteraciones, como las dificultades en la comunicación oral, que pueden ser causa de accidente y que obligan a realizar esfuerzos suplementarios al tener que elevar la voz, y alteración sobre el sueño, ya que la exposición al ruido puede provocar dificultades para conciliarlo, alterarlo o despertar a una persona dormida.