Control de calidad

El control de calidad se maneja en el estado de Guanajuato, donde algunos productores tienen un programa integral estructurado. Cada lote tiene un número asignado, que se mantiene hasta el envasado a través del código de barras, lo que es prioritario para el mercado de Estados Unidos y que se utiliza en el resto del mundo; inclusive en México se utiliza este procedimiento para la venta en tiendas de autoservicio.

Nos explican que si una caja de lechuga en cualquier sitio, ya sea en el país o en el extranjero, presenta algún problema, tan solo llamando por teléfono e indicando el número asignado. se sabe de qué parcela salió, quién la empacó, cómo la empacó, cuándo se regó, cuándo se fumigó, con qué se fumigó, con qué se fertilizó, etc.

O sea, cuentan con una base de datos del historial de los campos, de la gente, del cultivo y sus prácticas, cuadrillas, manejo de cuadrillas, etc. Independientemente, tienen una hoja de control, para que al llegar el producto al empaque, se revise para detectar cualquier defecto que pudiera tener en empaque, en producto, etc., y se guarda un historial de ese lote. Se realiza una evaluación de forma, costillas rotas, etc., que normalmente uno no advierte, pero el personal con que cuentan lo hace inmediatamente, por la capacitación y experiencia que tiene sobre el particular.

El control de calidad es hecho por y para ellos, con la finalidad de tener un control de todo movimiento que se realiza a lo largo del cultivo, translado a la planta procesadora, empaque, etc., lo que ha sido básico para que su marca esté en el mercado. Basados en que la prioridad de las empresas es la inocuidad del producto, han establecido este tipo de medidas porque para ellos el contar con una marca debe ser sinónimo de seguridad y respaldo del empacador al consumidor.

Para ingresar al área de proceso de los productos terminados, el personal se debe bañar antes y no utiliza ropa de calle, sino que cuentan con ropa adecuada para el interior y se lavan constantemente las manos. Cuentan con laboratorios, donde practican el control microbiológico a través de cultivos para la detección de coliformes, fuentes cotales, etc., y se revisa la calidad del producto.

También se practican cultivos de muestras de agua, de la gente que está empacando, a la que le toman muestras de las manos eventualmente y las siembran para un mayor control, con lo que pueden mantener una calidad y su principio de inocuidad del producto.

Fuente: Apuntes de Industrialización de frutas y hortalizas de la UNIDEG