Antecedentes de la lechuga

La lechuga es originaria de Europa y Asia. Ha sido cultivada por más de 2 mil años. Los primeros usos de la lechuga fueron destinados a la producción de aceite de la semilla. Su descripción como un vegetal cultivado fue hecha por Hipócrates – 343 AC- y Aristóteles -356 AC-.

Posteriormente fue llevada a Europa Occidental y cultivada en el nuevo mundo alrededor de 14941. Los griegos creían que la lechuga enfriaba el cuerpo, por lo que recomendaban su consumo después de la comida, para compensar la bebida que consumirían. Los romanos siguieron ese patrón, pero sólo hasta el primer siglo DC, cuando la consumieron antes de la comida, para compensar el alcohol ingerido durante esta.

En sus notas de cocina, Leonardo Da Vinci -1452-1519-, habla de su cocinero: Batista es aficionado a servirme lechugas sin lavar… y normalmente si puedo se las doy a mi perro sin que me vea Batista. En 1865, Fearing Burr produjo Los vegetales de campo y jardín de América, donde incluyó 55 tipos de lechugas como plantas disponibles para ensaladas.

Los tres ingredientes básicos de las ensaladas son la lechuga, el tomate y la cebolla, sin embargo, de ellas, actualmente sobresale la presencia de la lechuga, aunque las posibilidades de combinación son vastas. Las ensaladas están presentes en la alimentación humana desde hace muchos siglos, pero durante la Edad Media, las ensaladas estuvieron un tanto olvidadas y sólo volvieron a figurar con todos los honores en las mesas mejor abastecidas del siglo XVIII.

Un entusiasta partidario de las ensaladas fue Luis XVI de Francia. Las hortalizas se clasifican de acuerdo con la parte comestible de la planta, donde la lechuga se encuentra dentro del grupo de las hojas, acompañada por las acelgas, coles, brócolis y espinacas entre otras.

Fuente: Apuntes de Industrialización de frutas y hortalizas de la UNIDEG