Análisis del aparato en fotografía

Existen dos tipos básicos de cámara de 35 mm: las compactas y las voluminosas reflex o SLR. Las primeras son pequeñas, ligeras y, a menudo, sofisticadas; le ahorran la tarea de realizar ajustes complejos. Poseen mejores objetivos y negativos más anchos que las cámaras 110 o las de disco, de modo que las imágenes tienen más calidad y menos grano. Los modelos más sencillos cuentan con una óptica de foco fijo, avance manual de la película y opciones de exposición prefijadas para < >, < > y < >. En los modelos que el enfoque es manual, éste se suele fijar haciendo girar el objetivo hasta que coincida con uno de los símbolos que indican la distancia con el objeto fotografiado, que acostumbran a ser dibujos en los que se ve un primer plano de cabeza y hombros, un grupo de gente o unas montañas.

Las compactas de mayor calidad ofrecen prestaciones similares a las de las cámaras SLR como, por ejemplo: distintos objetivos albergados en la misma cámara, avance motorizado de la película, control de la exposición, enfoque manual y autofocus con macro. Las más sofisticadas vienen equipadas con un sistema de reducción de los ojos rojos e incorporan zooms que van desde el gran angular hasta el teleobjetivo. El efecto de los ojos rojos se produce cuando la luz del flash se refleja en la retina. Esto se reduce si se obliga al iris a contraerse con un disparo previo de flash.

Contrariamente a lo que ocurre con las compactas, las cámaras reflex o SLR le permiten ver a través del visor exactamente aquello que llegara al negativo, gracias a un espejo y a un pentaprisma. Durante la exposición, el espejo se levanta y la imagen del visor se vuelve negra. Antes de que se oprima el disparador, la pantalla del visor acoge más claridad para ayudar a encuadrar y enfocar. En el momento en que se dispara, el diafragma se cierra hasta el punto fijado, por lo que la imagen se oscurece. Muchos modelos presentan un botón que detiene la abertura en el numero f preseleccionado, de este modo se puede distinguir lo que está enfocado o no.

Las cámaras reflex atraen a la gente porque ofrecen la posibilidad de cambiar el objetivo y además permiten controlar la exposición. A pesar de que algunas compactas están equipadas con varias ópticas o incluso zooms, que pueden intercambiarse con sólo apretar un botón, las cámaras reflex presentan una gama de objetivos mucho más amplia, desde el ojo de pez (el más extremo de los gran angular) hasta un teleobjetivo de gran alcance (1.000 mm o más); De la misma manera, cuentan con una inmensa variedad de accesorios. Por desgracia, la mayoría de los fabricantes producen su propio diseño de bayoneta o rosca de ajuste que no es compatible con el de sus rivales.

Una cámara reflex básica, como la zenit 11, le permite elegir la velocidad de obturación, la abertura del diafragma y el enfoque. Para hacerlo se necesita ya un cierto conocimiento de los rudimentos de la fotografía. A medida de que se encarece el precio, mejora la calidad del objetivo, la velocidad de obturación y la calidad del diseño. La mayoría de las reflex poseen su propio sistema de medición a través del objetivo (TTL), dotado de células sensibles a la luz que determinan varias maneras de fijar la exposición: con prioridad de la abertura y la velocidad de obturación, más programas distintos y número indeterminado de refinamientos peculiares, específicos de cada modelo. Las mejores reflex ponen en sus manos la tecnología más avanzada.

Fuente: Apuntes Laboratorio Fotografía en Blanco y Negro de la U de Londres