Inicio de la función cardiaca

El corazón comienza a latir desde el principio de su desarrollo, lo cual en el humano ocurre aproximadamente los días 21-22. En estudios ya realizados se puede observar que la aurícula toma el control del ritmo cardiaco funcionando como marcapasos.

En años recientes la aplicación de técnicas de ultrasonido ha permitido investigar algunos aspectos de la función cardiaca en los embriones humanos a las 4 ó 5 semanas de gestación. Las regiones bilaterales del mesodermo precardiaco en el embrión de pollo se diferencian en los tubos cardiacos derecho e izquierdo con regiones funcionales ventricular. auricular y sinoauricular.

La contracción del corazón embrionario; comienza cuando los tubos cardiacos derecho e izquierdo comienzan a fusionarse, y la circulación sanguínea comienza poco después. En el embrión humano esto sucede entre los 21 y los 23 días de la gestación.

Las distintas partes del tubo cardiaco tienen diferentes latidos intrínsecos, y los experimentos de injerto han demostrado que las características funcionales de las regiones del corazón dependen de claves extracelulares. Por ejemplo, si se injerta tejido preauricular en un área preventricular, adquiere las características funcionales del tejido ventricular.

En el corazón en proceso de fusión se localiza en la región del seno venoso una zona marcapasos bien definida. El marcapasos esta compuesto por un cúmulo de 60 a 150 células aproximadamente que emiten una señal como si fuera una sola célula. El marcapasos comienza su onda de excitación que se propaga por todo el corazón en 0.5 segundos.

Los números crecientes de uniones comunicantes (gap-junctions) entre los miocitos cardiacos en desarrollo pueden explicar en parte el aumento de la velocidad de conducción del corazón en desarrollo. No se conoce el mecanismo por el cual el tubo cardiaco es capaz de bombear la sangre en ausencia de válvulas. Una vez que la aurícula se llena de sangre proveniente del seno venoso, se contrae y envía la sangre al ventrículo.

Entonces un movimiento parecido al peristáltico desplaza la sangre hacia la región del tronco, desde la que sale del corazón y entra en el saco aórtico. La contracción activa de la región del tronco impide el reflujo de sangre desde la nariz aórtica hacia el corazón. Incluso en el corazón joven en los cojinetes endocárdicos del canal aurículo-ventricular y del tracto de salida tienen una función similar a las válvulas.