Análisis del contraste en fotografía

La luz no es sólo el medio básico que ilumina al sujeto, sino que con frecuencia puede convertirse en el mismo sujeto.

Esta afirmación no sólo es cierta en fotografías de velas, fuegos artificiales o letreros de neón, pues también el sol crea a menudo dibujos de luz sobre un paisaje o una habitación que pueden resultar interesantes por si mismos. La luz directa del sol a través de una ventana actúa como un foco puntual, iluminando algunas zonas y dejando otras en sombra. No sólo las formas que crea son dignas de fotografiar, también pueden constituir un medio para resaltar un sujeto concreto o para esconder ciertos detalles. Con la opción de llevar a cabo una manipulación de la luz es posible crear justo el efecto que se busca.

En interiores, la luz de una ventana puede < > de dos maneras distintas. En primer lugar, podemos enmascarar la luz para que ilumine una superficie menor de la escena o para crear un dibujo concreto. Las cortinas y las contraventanas son dos medios para restringir el haz de luz. Los dibujos creados por vidrios con texturas o rejas pueden imitarse mediante el uso creativo de las tijeras y la cartulina.

Alternativamente, es posible situar al sujeto sobre el cono de luz. Como el sol se desplaza rápidamente, no dispondremos de mucho tiempo. Pero una persona o un objeto puede situarse en el camino del rayo de luz ya creado. Esta técnica también funciona bien en exteriores, donde el follaje puede crear una luz moteada que resulta particularmente útil y atractiva en fotografía de retrato.

En fotografías de paisaje y arquitectura, se trata de esperar el rayo de luz producido por la apertura de claros en un cielo nublado para iluminar la zona de la escena que nos interesa.

En estos casos, la paciencia suele ser la clave, pero tener habilidad para anticipar los claros también resulta útil. En climas templados, en particular, las nubes de lluvia pueden ser un aviso para guardar la cámara durante el resto del día. Sin embargo, los cielos muy cubiertos no tienen por qué durar necesariamente todo el día. Cuando empieza a despejar, los espacios entre nubes permiten que el sol se abra camino. Como por lo general las nubes se desplazan con rapidez, es sólo cuestión de tiempo que aparezca la luz adecuada.

En estas condiciones el contraste entre el sol brillante y las nubes oscuras resulta particularmente atractivo. Si acaba de llover, un beneficio añadido es que el aire está limpio, libre de polvo, lo que reduce el velo atmosférico y permite ver a kilómetros de distancia.

Fuente: Apuntes Laboratorio Fotografía en Blanco y Negro de la U de Londres