Control de la perspectiva

Debido a la forma en que estamos acostumbrados a ver las cosas, es fácil caer en la trampa de realizar todas las fotografías desde una misma altura. Pero aunque nosotros veamos el mundo, la mayor parte del tiempo, desde la altura de los ojos, el fotógrafo debería ser más aventurero. Los puntos de vista elevados y bajos a menudo ofrecen resultados más interesantes que disparar desde el nivel del pecho o de la cabeza.

Al adoptar un punto de vista elevado, la cámara se dirige hacia abajo para encuadrar el sujeto. La perspectiva a vista de pájaro, muestra las posiciones relativas de diferentes objetos de un modo más sugerente que desde otros ángulos. Mirando hacia abajo, la altura de los sujetos queda comprimida, lo que puede ser útil en bodegones, ya que permite combinar objetos de diferentes tamaños.

En exteriores, una vista elevado significa disponer de una posición aventajada, ya sea desde una colina o desde la ventana de un ático.

En retrato, la perspectiva a vista de pájaro debe usarse con cuidado. El ángulo de la cámara hace que la gente parezca más baja –algo que no suele favorecer-, pero también tiende a sugerir que estamos mirando a la persona desde arriba, tanto física como metafóricamente. Si queremos mostrar la vulnerabilidad de alguien, este enfoque será válido, desde luego, así como si lo que deseamos es ofrecer la visión real que un adulto tiene de un niño.

En fotografía arquitectónica, encontrar un punto de vista elevado permite incluir características de un edificio que generalmente no resultan visibles a los viandantes, como por ejemplo el diseño del tejado.

En la fotografía de paisaje, el ángulo de la cámara permite excluir el cielo o el horizonte de la imagen. Esto no sólo proporciona un vista poco convencional del entorno, sino que también sirve para evitar los problemas de exposición que suele causar un cielo excesivamente brillante.

Con la mayoría de los sujetos resulta bastante más fácil adoptar un ángulo de toma bajo que uno elevado. No se necesita la ayuda de muebles o edificios altos, sino que todo lo que debemos hacer es doblar l cuerpo para situarnos por debajo por del sujeto. Dependiendo de la altura de lo que se este fotografiando, convendrá arrodillarse, sentarse o bien estirarse sobre el suelo.

La ventaja de una perspectiva rebajada es que exagera la altura del sujeto en la fotografía. Esto resulta particularmente útil en interiores, porque los sujetos que se fotografían como bodegón suele ser de pequeño tamaño, de modo que hacer que parezcan más grandes en la fotografía permite enfatizar su forma más fácilmente. En el estudio, además, no es necesario ensuciarse la ropa para lograr una perspectiva rebajada. Los sujetos pueden disponerse sobre una superficie a una altura cómoda, de modo que sea posible usar un trípode.

Una posición baja de la cámara también ayuda a que los objetos situados en primer plano parezcan más grandes, aunque estén enmarcados contra un fondo mucho más extenso. Este enfoque resulta particularmente útil cuando se desea disponer un bodegón con un edificio o un paisaje a la distancia. El primer plano en miniatura puede exagerarse con un objetivo gran angular, que además proporcionara suficiente profundidad de campo para mantener enfocado el fondo.

Esta misma técnica la suelen utilizar los fotógrafos de paisaje.

Agachándose, en vez de disparar por encima de la cabeza, se puede dar mayor importancia a cosas pequeñas, como una flor o una roca, llenando, además, un área de la imagen que de otro modo carecía de interés.

Normalmente vemos los edificios desde un ángulo bajo, y tenemos que inclinar la cámara hacia arriba para incluir la parte superior. Pero cuanto más alto es el edificio, más tenemos que inclinar la cámara, lo cual afecta a la perspectiva. Las líneas paralelas de un rascacielos, por ejemplo, parecen converger si se encuadran de este modo. Pero aunque este enfoque acentúa la altura, no conviene utilizarlo en exceso.

En la fotografía de retrato, un ángulo bajo exagera la altura y puede dar la impresión de que estamos mirando a la persona de abajo hacia arriba. Es por tanto una buena técnica si se pretende transmitir la importancia o el poder de un individuo. Este enfoque también funciona bien con niños; si podemos conseguir un encuadre por debajo de su nivel de visión les haremos parecer más seguros e independientes, y captaremos una perspectiva que ni siquiera sus padres están acostumbrados a ver habitualmente.

Fuente: Apuntes Laboratorio Fotografía en Blanco y Negro de la U de Londres