Compatibilidad cultural

Las personas poseen referencias culturales que ponen en funcionamiento ante determinados estímulos, por ejemplo: el color rojo para parar, peligro…, si cambiamos la referencia estamos introduciendo en el sistema una posibilidad de error.

La compatibilidad conceptual no sólo se restringe a los colores, ya que el movimiento en el sentido horario, o la lectura izquierda-derecha, de abajo-arriba (del ejemplo anterior), también son un problema de compatibilidad cultural.

Se debe tener un especial cuidado en el diseño de productos transculturales, ya que el diseño que se tome como modelo de funcionamiento sólo de nuestros esquemas culturales, puede ser fuente de errores cuando este objeto se implemente en otras culturas.

Fuente: Apuntes de Ergonomía de Pedro R. Mondelo, Enrique Gregori – Pedro Barrau, Ediciones UPC