Introducción a la ergonomía

El análisis de los servicios, productos, herramientas, máquinas y el comportamiento de éstos durante su utilización; las prestaciones reales que podemos alcanzar con referencia a las características teóricas, y el análisis exhaustivo de las capacidades y limitaciones de las personas, han desembocado en los planteamientos de los sistemas persona-máquina (P-M), premisa básica para que la ergonomía comenzara a desarrollarse.

El análisis sistémico de las interacciones P-M es definido por (Fitts, 1958) como “conjunto de elementos comprometidos en la consecusión de uno o varios fines comunes”. Se podría considerar el sistema P-M como un conjunto de elementos que establecen una comunicación bidireccional, que avanza en el tiempo siguiendo una serie de reglas, con el objetivo de obtener unas metas determinadas, y cuyo rendimiento no es producto de cada elemento aislado, sino del monto total de las interacciones de todos los elementos intervinientes.

Diferentes autores han profundizado en el concepto de sistema, pero tal vez sean Kennedy (1962), McCormick (1964), y Montmollin (1967) los que, al considerar el sistema P-M como un todo, han aportado una visión del sistema como interacción comunicativa marcada por la obtención de unos objetivos previa programación operativa de las acciones que deben ejercitar las personas, haciendo hincapié en los límites a que está sometido el sistema debido, sobre todo, a la persona.

La ergonomía plantea la recuperación, para el análisis del subsistema máquina, de las limitaciones perceptivas, motrices, de capacidad decisional, y de respuesta que le impone la persona, y las limitaciones que suponen para el potencial de acciones humanas las características –prestaciones físicas y/o tecnológicas– que aporta la máquina.

El interés de la ergonomía se centra en optimizar las respuestas del sistema P-M, previendo el grado de fiabilidad que podemos esperar de las relaciones sinérgicas que se generarán en los múltiples subsistemas que integran en el Sistema P-M y que repercuten en los resultados.

Fuente: Apuntes de Ergonomía de Pedro R. Mondelo, Enrique Gregori – Pedro Barrau, Ediciones UPC