Cambia lo que crees

A la hora de identificar nuestro objetivo en la vida y las metas que queremos alcanzar, nuestras convicciones vienen a ser el factor más importante: nuestro éxito depende de ellas. La fórmula es sencilla: si cambiamos lo que creemos, cambiamos nuestra conducta al instante y, con ello, cambiamos los resultados que cosecharemos.

Si de verdad creemos en algo, en un nivel subconsciente profundo, esta convicción dictará nuestra manera de actuar cada minuto del día.

Henry Ford fue el pionero del primer coche producido en serie. Tenía una meta clara —hacer que el coche fuera el medio de transporte del futuro— y tuvo que superar mucho escepticismo inicial. Permaneció fiel a sus convicciones y no permitió que los demás las cambiaran. Decía: “¡Si hubiera escuchado a lo que mis clientes creían que querían… habría hecho un caballo más rápido!».

Es nuestra conducta regular y constante, influida por nuestras creencias, lo que decide la clase de resultados que conseguimos. Si cambiamos lo que creemos, también cambiamos los resultados de nuestra acción.

A lo largo de la vida, muchas de las barreras y obstáculos que nos impiden tener éxito proceden del interior de nuestra cabeza. Nos creamos y fijamos unos límites, y luego nos convencemos de que es imposible ir más allá.

Con frecuencia, una vez que se demuestra que es posible romper estas barreras, miramos atrás y comprendemos que eran autoimpuestas.

Fuente: Pensamiento líquido por Damian Hughes