Círculo de éxito

La presencia de un equipo formado por grandes figuras no es de por sí una garantía de victoria sobre el terreno de juego: ésta dependerá del desarrollo de los acontecimientos en el campo y de la confianza que los jugadores sientan en sí mismos. Todo el contexto en que éstos se ven inmersos son factores que hacen que su confianza en jugar bien aumente o disminuya y, en consecuencia, sus probabilidades de victoria.

Confiar o no confiar, por tanto, son una reacción razonable a las circunstancias: interpretamos los acontecimientos en función de lo que vemos que ocurre y de cómo nos tratan los que están a nuestro alrededor. Las circunstancias en las que nos movemos influyen en nuestra cultura que, a su vez, influye en nuestra percepción y ésta en la confianza para actuar.

Un equipo empieza a cosechar éxitos cuando su liderazgo ha creado la base para una fe que permite a sus integrantes jugar mejor que sus competidores. Cada vez que se obtiene una victoria, aquella aumenta y conduce al equipo a una larga serie de triunfos. Un logro garantiza el siguiente porque genera confianza a cuatro niveles:

Confianza en sí mismo. Un clima emocional de grandes expectativas permite ver los acontecimientos bajo una luz positiva. Genera optimismo, produce energía y eleva la moral, con todo lo cual resulta más sencillo mantener unas aspiraciones altas y la esperanza de alcanzarlas.

Confianza mutua, es decir, un comportamiento positivo, solidario y orientado hacia el equipo. Ganar hace que nos comprometamos aún más con nuestras tareas y con los demás. Causa un respeto que, a su vez, hace que nos sintamos seguros, responsables y dispuestos a admitir errores. Estos comportamientos aumentan las probabilidades de que los problemas se detecten a tiempo y se encuentren soluciones con rapidez.

La confianza en el sistema, esto es, las estructuras organizativas y las rutinas. Ganar convierte tendencias informales en hábitos formales: transforma la responsabilidad, el trabajo en equipo y la iniciativa, más las prácticas que los fomentan, en rutinas.

La confianza exterior. Las organizaciones triunfadoras tienen más fácil el camino para atraer inversores, clientes, admiradores o personal con talento, para despertar la atención de los medios y granjearse el apoyo de los líderes de opinión y la benevolencia gubernamental. Es decir, tejen a su alrededor una red que les proporciona los recursos, y seguir ganando garantiza el crecimiento de esta red. La confianza que proviene del exterior alimenta las expectativas optimistas y refuerza aún más el círculo de éxito. Fuente: Libro la Confianza por Rossabeth Moss Kanter