Respecto de los materiales de trabajo y envases

El usar materiales sucios o mal lavados en la preparación, conservación, transporte y distribución de los alimentos, contribuye fuertemente a la contaminación de los productos.

Está formalmente prohibido emplear materiales de trabajo sucios, ya que esto afecta la calidad higiénica de los productos y pone en peligro la salud del consumidor.

El uso de materiales de embalaje sucios (hojas vegetales, latas y botellas retornables, papel periódico, papel para cemento, etc.) constituye una importante fuente de contaminación para los productos.

Respecto de las operaciones de preparación, venta, almacenamiento y conservación de los alimentos

Asimismo, los alimentos vendidos en la vía pública se pueden contaminar con agentes químicos como el plomo (procedente de las cañerías, soldaduras de latas de conserva o contaminación atmosférica), el mercurio (detectado sobre todo en los productos pesqueros), los plaguicidas (derivados principalmente de los tratamientos fitosanitarios), los productos veterinarios y aditivos no autorizados. La gran mayoría de estas substancias químicas, agregadas de forma intencional o accidental a los alimentos de venta en la vía pública, han resultado ser tóxicas.

Preparación o venta de alimentos en un medio inadecuado

Cuando los productores-vendedores de alimentos en la vía pública se instalan en un entorno donde abundan el polvo, los depósitos de basura, las aguas residuales y de baño, que favorecen la proliferación de moscas, mosquitos, cucarachas, roedores, etc., los productos ofrecidos están indudablemente contaminados. Los animales, insectos y otras impurezas van a transmitir a los productos diferentes agentes contaminantes.

Falta de protección de los alimentos

En la etapa de la venta, las moscas y otros insectos que estén en el entorno transmiten a los productos que no están protegidos diferentes microbios y parásitos. Además, las condiciones inadecuadas de almacenamiento y conservación favorecen la multiplicación de gérmenes, la contaminación y la degradación de los alimentos.

Por lo general, los vendedores no disponen de refrigerador ni congelador para la conservación de los alimentos. Por otra parte, se ha detectado que muchos productos se venden sin la debida cocción.

Durante el período de venta, son pocos los vendedores o vendedoras que mantienen los alimentos sobre una fuente permanente de calor a fin de conservarlos calientes (60ºC a 65ºC).

Fuente: Buenas prácticas de higiene en la preparación y venta de los alimentos en la vía pública en américa latina y el caribe, FAO