Manejo de los productos no vendidos

Los alimentos y bebidas que no se hayan vendido y que no puedan mantenerse en condiciones satisfactorias, se han de eliminar cuando termine la jornada, ya que estos restos alimentarios pueden presentar a futuro riesgos para el consumidor.

A fin de evitar la pérdida de los productos que no se venden, los operadores del sector de la venta de alimentos en la vía pública deben, por ende, regular su producción de forma que no les quede ningún producto preparado al término de la jornada. No obstante, puede suceder que a pesar de las precauciones adoptadas, no se venda toda la producción.

En tal caso, si el vendedor no dispone de aparatos adecuados como refrigeradores (a una temperatura inferior a 10ºC), se le deberá animar a eliminar los productos que no se hubiesen vendido o a que los utilice como alimentos para animales.

En el caso de que se refrigeren los restos, siempre se debe procurar no colocar grandes cantidades de alimentos calientes en el refrigerador, ya que el crecimiento bacteriano proseguirá en las partes centrales que se mantienen calientes (por encima de 10ºC) durante mucho tiempo.

Por ello, es preferible almacenar los alimentos en platos poco profundos de tamaño reducido para que todas las partes se enfríen rápidamente. El principio “primero en entrar, primero en salir” se ha de aplicar en la rotación de los productos almacenados.

En general, los alimentos secos o ácidos y algunos alimentos fermentados se pueden mantener por períodos más o menos prolongados de tiempo si se han almacenado en frío y en seco, protegidos del polvo y las plagas.

Fuente: Buenas prácticas de higiene en la preparación y venta de los alimentos en la vía pública en américa latina y el caribe, FAO