Impacto ambiental, sus origenes y sus consecuencias

Sobra decir que la inmensa generalidad de los cambios introducidos en la biosfera han sido causados por la acción humana. Determinar en qué momento comenzó la perturbación humana sobre la biosfera, tal vez sea más difícil de precisar que el periodo en que ésta se ha hecho más drástica, efecto que cronológicamente puede situarse en los dos últimos siglos, después de la Revolución Industrial.

Desarrollo histórico del impacto ambiental. Desde la aparición de la agricultura, la actividad humana ha causado una «simplificación» de los ecosistemas, ya que el establecimiento de campos cultivables conduce a la uniformidad genética y a la reducción natural de la diversidad biológica o biodiversidad.

Desde el inicio de la organización social humana, el hombre continúo con la perturbación ambiental, pues los efectos de la tala inmoderada de los bosques naturales, el: sobrepastoreo, sobrecultivo, abuso de los recursos acuíferos, así como la construcción de zonas habitacionales que fueron sustituyendo a las regiones naturales, causaron que los ecosistemas se fuesen transformando hasta llegar a los que hoy tenemos.

Así, por ejemplo, ¿quién pensaría que en el Irak actual se encontraban los famosos Jardines de Babilonia.

La construcción posterior de presas, canales y puertos, aunada a la explotación minera, empezaron a causar cambios y la desaparición de especies como consecuencia de la actividad antropocéntrica.

Las ciudades, desde los tiempos de los griegos y los romanos, acumulaban basura de diversos tipos, lo que en Roma se asoció a la incidencia de epidemias como las de tifoidea, tifo y malaria.

Desde 1303, los ingleses se quejaban del mal olor atmosférico, causado por el uso de la hulla o carbón mineral como recurso energético. En 1388 el Parlamento inglés prohibió el depósito de aguas negras y basura en zanjas y ríos, pero la costumbre se prolongó durante la Edad Media.

En otro aspecto, debemos considerar que desde fines del siglo XIV y principios del XV la expansión de los imperios coloniales Europeos en África, Asia y América estuvo asociada a la destrucción de selvas y bosques, la pérdida de especies y la implantación de especies exóticas tanto vegetales como animales, que resultaban ajenas e inquietantes de las tierras en que se introducían.

La demanda de minerales primero y de energéticos después, la aparición de las vías fluviales, el desarrollo del ferrocarril, la construcción de caminos para comunicar regiones. etc., fueron el inicio de una perturbación que ha llegado a su punto culminante en la época contemporánea.

Después de la Revolución Industrial, la acción que la sociedad humana principalmente la europea ejerció sobre la naturaleza, desbordó el potencial de restablecimiento de la misma, con lo que se fueron gestando cambios irreversibles en el medio, no sólo en el nivel local, sino en regiones cada vez más amplias.

El arribo del siglo XX aportó la mayor serie de factores perturbadores, con la invención del automóvil, los avances de la industria y la tecnología agrícola, así como la introducción de nuevos productos químicos. Aún al inicio siglo XX1, los devastadores efectos de estos materiales no se hacen esperar y el panorama del impacto ambiental, en los albores del año 2002, es trágica.

En la preocupación mundial por los problemas del medio ambiente y su impacto en la calidad de vida aparece como binomio insoslayable el de la sociedad y la explotación de los recursos naturales, lo que se asocia tanto con la urgentedemanda de la población para la satisfacción de sus necesidades más apremiantes (alimento, energéticos, transporte, urbanización, etc.), como con el objetivo de lograr el mejoramiento de su modo de vida.

Sin embargo, existe una fuerte contradicción en lo que respecta al uso de los recursos por parte de los grupos sociales, ya que dichos recursos también deben ser preservados para las generaciones futuras.

Tal vez por esta misma necesidad de preservar los recursos naturales para las próximas centurias, es que desde principios del siglo XX se materializó la antigua preocupación por el ambiente y su conservación.

Actualmente se habla de tres grandes rubros generadores de efectos de impacto ambiental: el primario, el secundario y el terciario.

El rubro considerado primario abarca actividades del tipo de la agricultura, la explotación forestal, la ganadería, el pastoreo, la porcicultura y la pesca; se sobreentiende que cada una de estas labores causa efectos ambientales severos cuando se practica sin control ecológico y sin evaluar el desarrollo anterior y el futuro del recurso que se explota. Dos ejemplos ilustrativos son la sobreexplotación de un suelo con graves riesgos de erosión, y la pesca indiscriminada de la tortuga marina, por citar sólo algunos casos.

En lo que concierne a las actividades secundarias se habla de los efectos de la actividad industrial, tales como el desperdicio y la contaminación de los recursos; y la acumulación de miles de toneladas de residuos sólidos que producen diversas sustancias tóxicas peligrosas para muchas formas de vida.

Por su parte, en lo correspondiente a las actividades terciarias se señalan los transportes, los servicios públicos y privados, el comercio, etc. El principal problema que generan dichas actividades radica en la producción, acumulación y mal manejo de sus residuos.

Se apreciar que la conjunción de las actividades de los rubros primario, secundario y terciario causa efectos aterradores en la contaminación marina.