La competencia humanística de un profesional

Como “minimum”, entendemos la “formación humana” en la Educación universitaria.

Es menester insistir en este humanismo profesional; sobre todo en las profesiones de carácter eminentemente técnico, para sustraer a nuestra juventud universitaria de las dimensiones y materiales de su capacidad técnica que los hace fósiles.

Aunque, a veces, esto es lo único que busca quien ingresa a la universidad por la puerta falsa del interés mercantil, la sociedad no puede enunciar ni prescindir de la intervención humana del profesionista universitario colocado providencialmente en una situación de privilegio: en la convergencia de los intereses de patrones y obreros, de exploradores y reivindicaciones, de ciencia e ignorancia, de opulencia e indigencia.

Si el profesionista es un atrofiado social y desaparece el hombre con sus problemas, de su perspectiva intelectual, la estructura social moderna se deslizará al caos revolucionario disolviéndose en la desesperación, o se abandonará al conformismo suicida que señala la hora de las dictaduras y de la decadencia nacional.

Sin una discreta competencia humanística queda desintegrada la tetralogía universitaria, cuyos elementos esenciales son:

1. Técnico,
2. Deontológico,
3. Humanístico, y
4. Social.

Bien decía Marañón que ”la verdad, en sí, no sirve para nada si pertenece a un sabio sin trascendencia humana”.

Y más concretamente, en relación con el humanismo tradicional, acaba de escribir Toedoro Haecher de los alemanes: “Con todo derecho y por puro instinto de conservación regresamos siempre a Roma y Atenas; porque más fácilmente que cualquier otro pueblo caemos en la barbarie más absurda y en el total salvajismo de las mismas virtudes naturales. La ciencia es una premisanecesaria de la cultura; pero no es la cultura. Para que la ciencia se transforme en cultura y sustraiga al profesionista del perpetuo infantilismo que hace hasta peligroso el manejo de sus propios instrumentos es necesario educarlo como hombre, dotándolo de una mínima Competencia Humanística.

Competencia humanística que, además del carácter de ontológico y social, tenga también como finalidad hacer conocer otros campos del saber humano (saber histórico, saber filosófico), que no admiten propiamente el método experimental ni esquematización cuantitativa de la matemática pura.

Competencia que debería preparar la mente y el ánimo de los jóvenes para la experiencia estética, que es indudablemente esencial para el equilibrio culturalespiritual.

Y, dejando de lado los gustos y preferencias personales, no creemos que laCompetencia Humanística esté necesariamente ligada al estudio de las lenguas muertas, ni se obtenga exclusivamente con el estudio del pensamiento Greco-Latino.