Ambiente democrático en la educación preescolar

1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje.

2. Gestionar la progresión de aprendizajes.

3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación.

4. Implicar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo.

5. Trabajar en equipo.

6. Participar en la gestión de la escuela.

7. Informar e implicar a los padres.

8. Utilizar las nuevas tecnologías.

9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión.

10. Organizar la propia formación continua.

Cuando solemos escuchar en diversos discursos “nuestro compromiso es con los niños, pues son el futuro de nuestro país” puede ser que las palabras nos suenen sin significado, lejanas, abstractas: en contraste, al pensar en todos aquellos alumnos de preescolar que día a día acuden a los planteles de cada rincón de nuestro país; las palabras adquieren significado.

El deber es con estos niños, reales e integrantes de una sociedad actual; en la que tienen responsabilidades y derechos que deben ser aprendidos y ejercidos. La RIEB coloca a la formación cívica como un elemento más del trayecto formativo en la educación básica; orientada al desarrollo de actitudes, prácticas y valores sustentados en el principio de la democracia.

El jardín de niños es la primera institución fuera de la familia que refleja características de nuestra estructura social: organización, reglas, relaciones interpersonales, roles, entre otras. Por tanto, constituye el escenario idóneo donde se debe promover una cultura democrática entre todos sus integrantes, desterrando las prácticas opuestas a sus principios.

Es preciso insistir que los niños preescolares, aún con su corta edad y ya cuentan con saberes acumulados en tan sólo tres, cuatro o cinco años, por tanto están en condiciones de aprender las habilidades necesarias para convertirlos en integrantes participativos y cooperativos de una sociedad democrática.

Los niños aprenden lo que viven y un ámbito democrático tendrá que proporcionarles, desde el ejemplo de sus maestros, experiencias orientadas a “el respeto al principio de legalidad, de igualdad, de libertad con responsabilidad, de participación, de diálogo y búsqueda de acuerdos; de tolerancia, inclusión y pluralidad; así como de una ética sustentada en los principios del estado laico, como marco de la educación humanista y científica que establece el Artículo Tercero Constitucional”.

Fuente: Guía para la Educadora Preescolar SEP