Vender mi piso rápido

La crisis ha estimulado el alquiler y retraído la compra de inmuebles, para cuya adquisición, además, los bancos no conceden ya ni cualitativa ni cuantitativamente las mismas hipotecas. Por eso, tanto si acabas de poner el cartel de «se vende» como si un posible comprador está interesado en tu vivienda, es de vital importancia que te mantengas alerta y no cometas ningún error que pueda impedir la operación.

Con estos sencillos consejos, seguro que será todo un éxito:

– La información. Lo primero es estar informado. Debes conocer todos los trámites burocráticos para que, llegado el momento, no entorpezcas ni demores el proceso de venta.

– El precio. El realismo debe ser tu principal lema. Quieras o no poner tu vivienda en manos de una agencia inmobiliaria, debes ser consciente del tiempo en el que vives. Hoy en día, sobrevalorar un inmueble tan sólo trae consecuencias negativas. La principal: alejar a los futuros compradores, que ni siquiera te harán una visita si la cantidad económica que pides es desorbitada (no olvides que la oferta es mayor que nunca). Para no cometer errores, lo mejor es estudiar los pisos en venta de la zona y consultar la opinión de un profesional en el tema.

– Tener las ideas claras. Elige un buen asesoramiento, pero sólo uno. No confíes tu piso a más de una agencia y no pidas ayuda a tu entorno y amigos, te volverán loco. Tan sólo sigue tu sentido común y la opinión de un experto.

– Nuestra casa no es nuestra. Cuando el interesado visite nuestro hogar debemos olvidarnos precisamente de eso, de que es nuestro hogar. Es difícil, pero despojarnos de la idea que tenemos de él y mirarlo con realismo será esencial para analizar posibles defectos y realizar algunos cambios superficiales. En primer lugar, el espacio y la amplitud suma puntos, despeja en la medida de lo posible cada estancia y guarda todo lo accesorio. Empatado con este requisito tenemos al de la limpieza, no te pedimos que pintes las paredes pero si que el suelo reluzca, los espejos brillen como nunca y el baño esté impoluto. Por último, cuida los detalles y disfraza los defectos, no es cuestión de que estafes a nadie, pero si el grifo gotea arréglalo y si el cristal está roto corre las cortinas.

– Piensa mucho si rechazar una oferta. Muy pocos pisos se venden a la primera. Las compras rápidas son una excepción que contrasta con las casas que se mantienen durante años a la venta. Incluso hay casos en los que los propietarios negocian intercambios de viviendas o retiran sus ofertas para, meses después, volver a ofertar el mismo inmueble. Por eso, es casi un suicidio rechazar a un comprador. En el caso de que se te plantee la oportunidad, estudia bien el caso y piensa que, quizás, es mejor rebajar el precio antes de perder la oportunidad de vender la casa.

– Aclara los gastos. Si hemos triunfado en la venta del piso y ya hemos encontrado un comprador, antes de nada es importante poner las cuentas encima de la mesa. En la adquisición de un piso no sólo interviene el precio del mismo, y así debe saberlo el futuro propietario. Alrededor existen gastos adicionales relativos a la gestión o la documentación que incrementan el presupuesto final y, en ningún caso, deben sorprender al nuevo dueño de nuestra casa.