Medida de valores y patrón de precios

La primera y la más importante función del dinero es servir como medida de valores de las mercancías, lo cual se debe a la propia esencia del dinero, o sea el ser también una mercancía equivalente general de todas las demás.

El valor de las mercancías se expresa en forma monetaria, es decir, a través del dinero, mediante determinadas cantidades de oro o plata si estos metales son utilizados como mercancía dinero. Sabemos que el oro y la plata han llegado a ser equivalentes generales de las demás mercancías; es decir, funcionan como dinero debido a que tienen varias características que les permite cumplir dicho papel:

  • Se puede transformar fácilmente
  • Son resistentes y no sufren mucho desgaste, duran bastante tiempo
  • Se puede dividir en las partes que sea necesario.
  • Tienen cualidades físicas muy específicas, por lo que son difíciles de falsificar.

¿A qué se debe que todas las mercancías pueden expresar su valor en dinero? A que todas tienen en común que son productos del trabajo humano materializando, incluyendo al oro que funciona como dinero. Esto mismo significa que el dinero se convierte en la medida común del valor.

Pero como el valor se manifiesta a través del precio y éste es la expresión monetaria del valor, llegamos a la conclusión de que el precio es determinada cantidad de dinero.
Para cumplir con la función de medidas de valores, no se requiere la presencia real del dinero, del oro, basta con realizar mentalmente la operación; esto es, suponer la existencia del dinero imaginario.

El valor del hierro, del lienzo, del trigo, etc., existe aunque invisible dentro de estos objetos y se le representa por medio de ecuación con el oro, por medio de la relación con este metal, reacción que no es, por decir así, más que espectro albergado en sus cabezas.

Para cumplir con la función de patrón de precios si requiere de la presencia real del dinero ya que lo que hace el dinero es medir las cantidades de oro para una cantidad de oro fija y no el valor de la cantidad por el peso de otra. Para que exista un patrón de precios no hay más remedio que fijar como unidad de medida en que se exprese.  Fuente: Apuntes de Introducción a la Economía de la UNIDEG