Relación de equipos

Relación de equipo principal a escala microempresa/artesanal

Las máquinas y herramientas se pueden clasificar como de propósito general y de propósito especial. Las máquinas de propósito general son las más flexibles y constituyen la mayoría de las máquinas y herramientas que se utilizan en la actualidad.

Tales máquinas tienen generalmente la ventaja de efectuar operaciones específicas, de manera más rápida y a mayor escala que las máquinas de propósito general. Sin embargo, se caracterizan por su falta de flexibilidad ya que un cambio en el diseño del producto puede requerir su acoplamiento, desecho o cambio total.

Por lo común, la elección entre el equipo general y el especializado, implica un  problema económico, considerando los siguientes aspectos:

  • Costo inicial que se debe cargar durante la vida útil prevista del equipo;
  • Costo laboral directo,
  • Costo de preparación.

El uso máximo de maquinaria universal es posible organizando la producción de partes en grupos, sobre la base de su tamaño, su forma y los métodos de fabricación.

También se debe tomar una decisión acerca de la acción de una máquina, por ejemplo, los medios para lograr su movimiento. Los métodos comunes de impulsión son: eléctricos, hidráulicos, neumáticos  y mecánicos.

En el diseño o selección de cualquier máquina, existen dos principios fundamentales que deben tomarse en cuenta:

  • La máquina debe ser fácil de instalar, mover, operar, dar servicio y reparar.
  • Debe suministrarse con mecanismos de seguridad para prevenir problemas onerosos debido a una operación inapropiada.

Relación del equipo principal a escala pequeña empresa

Al seleccionar el equipo, debe decidirse entre construirlo o comprarlo ya fabricado. Hay que tomar en cuenta que la pequeña empresa utiliza un mayor equipamiento en número y capacidad productiva con relación a la microempresa.

Es importante evaluar muy bien que la decisión de la compra o renta de equipo, ya que en la actualidad existe una marcada tendencia a la renta de bienes de capital en contraposición a su compra. La renta ofrece las ventajas de no exigir el desembolso de capital, que el usuario no tenga preocupaciones por el servicio ni por el mantenimiento y que los pagos por arrendamiento sean totalmente deducibles de impuestos, por considerarse gastos corrientes del negocio.