Factores que influyen para conseguir el nivel de confort óptimo dentro de una estancia

Temperatura: Describe el nivel de calor y se mide en grados Centígrados (ºC), en el sistema decimal; o en Fahrenheit (ºF), en el anglosajón. A lo largo del año se dan cambios de temperatura extremos que son difíciles de soportar, incluso en las zonas templadas. Los límites de temperatura de confort en el interior del hogar están entre los 20 y 23 ºC en invierno y entre 23 y 25 ºC en verano.

Humedad: El equilibrio entre la humedad del aire y la temperatura proporciona el mayor grado de confort. Al ser humano le afectan grados de humedad excesivamente altos o bajos. El confort se encuentra entre el 40 y 60 % de humedad relativa, tanto en invierno como en verano.

Pureza del aire: En el aire hay infinidad de pequeñas partículas sólidas en suspensión difíciles de detectar que causan molestias o alergias al ser humano cuando respira, además de provocar suciedad en los objetos y el mobiliario. Los filtros de los climatizadores contribuyen a mejorar la calidad del aire.

Circulación del aire: El calor y la humedad son distintos si el aire está en reposo o en movimiento, de ahí que la circulación del aire también contribuya a crear sensación de bienestar. Lo mejor es que el aire circule de manera uniforme, a la velocidad adecuada y que no se concentre en una sola dirección.

Nivel sonoro: El ser humano es muy sensible al ruido elevado, por ello es muy importante conocer el nivel sonoro que emiten las máquinas. El ruido se mide en decibelios dB(A) y los niveles de confort sonoro se estiman en menos de 30 dB(A) durante el sueño y en menos de 50 dB(A) durante el día.