Dimensiones y disposición de los ambientes

Sobre la base de las necesidades correspondientes y luego de realizar una consulta con los arquitectos, los técnicos y el personal especializado, se determina la superficie total aproximada que ocupará el consultorio, por ejemplo 80 metros cuadrados, 100 metros cuadrados, 150 metros cuadrados, etc. Con estos elementos, se empieza a trabajar sobre un tablero con un papel en blanco, en el centro del cual se ubican la sala de recepción y la administración y a su alrededor todos los locales mencionados antes, simplemente mediante círculos cuyo tamaño será proporcional a la importancia asignada a cada local.

Para esto deben tener en cuenta los requisitos formulados por el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación para la habilitación y el funcionamiento de los consultorios odontológicos. Estos requisitos son:

  1. La sala de espera deberá tener accesos directos desde el exterior o un acceso común si se trata de una propiedad horizontal, con puertas y paredes no transparentes, que podrán ser comúnes a más de un local consultorio y ambos entre sí si la actividad es ejercida por colaboradores que tengan el ejercicio privado autorizado.
  2. El consultorio deberá contar con una comunicación directa con la sala de espera y con lugares de tránsito de esta área, con puertas y paredes no transparentes y separadas de la sala de espera por pared o tabique completo, sin que medie espacio entre el techo y ellos. La superficie del consultorio o gabinete no deberá ser menor de 7.5 metros cuadrados y deberá contar con sistemas de ventilación y renovación de aire adecuados.
  3. Deberá haber un servicio sanitario con acceso desde la sala de espera.

Espacios del consultorio

Sin olvidar estas reglamentaciones básicas, se determinan las dimensiones de las unidades operatorias de acuerdo con el equipamiento que contendrán, por ejemplo 3 x 2.80 metros y del resto de los locales. Se van reemplazando los círculos por rectángulos con las medidas de cada local y con los muebles en escala. Los locales auxiliares, cuyas dimensiones no son críticas, sirven para ir llenando los huecos que van quedando a medida que se complete el tablero. El tamaño de las salas operatorias debe decidirse después de analizar los siguientes factores:

a) área total disponible
b) número de salas operatorias
c) tipo de especialidad por desarrollar
d) posiciones habituales de trabajo
e) equipamiento requerido
f) distribución de locales o áreas funcionales en el resto del consultorio

Si el profesional ocupará una sola sala operatoria y en ella tendrá el aparato de rayos X, las áreas para revelado y para esterilización, un escritorio y las comodidades para los acompañantes, las dimensiones necesarias serán de 3 x 4 m o de 4 x 4 m. En cambio, si posee más de una sala operatoria, con sala de rayos, revelado, esterilización, escritorio, etc., en sitios separados, las dimensiones podrán ser menores: 3 x 3 m o 3 x 2.80 m. Los otros factores mencionados podrán ayudar a decidir las dimensiones ideales. Debe recordarse que tan malo como tener poco espacio es tenerlo en exceso, porque los recorridos se alargan sin necesidad.

La forma más adecuada para la sala operatoria es cuadrada o rectangular, deben evitarse las formas alargadas y angostas, triangulares, en L o cualquier otra forma geométrica no convencional. Para la ubicación de las salas operatorias deben tenerse en cuenta:

  1. La distancia con respecto a la entrada
  2. la distancia con respecto a la sala de recepción
  3. la iluminación y la aireación naturales
  4. la ubicación con respecto al taller, la sala de motores y el escritorio,
  5. la circulación de profesionales, pacientes y personal.

A continuación se van distribuyendo los otros locales o áreas de trabajo hasta cubrir toda la superficie.

El área en la que los pacientes realizan los pagos o en la que se explican y entregan los presupuestos deben estar alejadas de la zona de recepción y ubicadas en una zona de mayor privacidad. La necesidad de privacidad continúa aumentando desde la recepción hacia la zona de tratamiento. La sala de esterilización y el laboratorio pueden localizarse entre las zonas públicas y las privadas. El escritorio y el local para el personal deben ubicarse más lejos aún, en una zona de mayor privacidad.

Una vez localizadas todas las áreas, se ubican las puertas y ventanas restantes. Es necesario realizar varios intentos, con desplazamientos de los cartones en todas direcciones, hasta encontrar la distribución ideal y que mejor aproveche la superficie prevista. Finalmente, se consulta con un arquitecto para que dibuje los planos sobre la base de la ideas y esquemas de distribución ya detallados.

Los muebles y el equipamiento así como el conjunto que se forman con el espacio, dibujan el escenario que requiere el odontólogo en su consultorio, que a su vez le exige una respuesta de adaptación al medio, cuyo fracaso se materializa en la desadaptación del profesional a su medio local.

Fuente: Libro de Operatoria Dental Barrancos Mooney 4ta edición.