Predecir la respuesta del paciente

Cuando ciertos pacientes solicitan tratamiento, es inteligente proceder con una precaución extrema, y se sugiere utilizar únicamente la función como criterio para el tratamiento. Independientemente del éxito técnico del tratamiento, sólo servirá para exacerbar, en lugar de eliminar, la expresión de la psicosis incipiente del paciente. A menudo, restauraciones satisfactorias para el odontólogo no lo son para el paciente.

Esta insatisfacción puede ser la manifestación de algún miedo o inseguridad subyacentes más que de un deseo de perfección artística en la restauración. El deseo de perfección artística será indicativo de problemas subyacentes del paciente y puede hacer imposible el éxito del tratamiento. Si supiésemos lo suficiente acerca de la personalidad del paciente para determinar los diferentes factores que influyen en su deseo de obtener una corrección estética, estaríamos más preparados para predecir el grado de aceptación psicológica del tratamiento.

¿Cómo puede reconocer a estos pacientes el odontólogo?

Si bien la experiencia es el mejor maestro, el requisito fundamental es mostrarse interesado por la mejora global del paciente. Contemple al paciente como a un ser humano integral, no sólo como a una cavidad oral. Backer y Smith plantean las siguientes preguntas para ayudar a evaluar a los pacientes:

1. ¿Cómo era la personalidad antes de la deformidad?
2. ¿Cómo era el estado emocional del paciente cuando se hizo consciente por primera vez de la deformidad?
3. ¿Qué papel ha desempeñado la deformidad en la creación de la personalidad actual? En otras palabras, ¿existe alguna limitación en el desarrollo de la personalidad porque, por ejemplo el paciente no sonríe?
4. ¿Qué patrones de conducta ha desarrollado?
5. ¿Cuál será el probable efecto emocional de la corrección estética del defecto?

Por lo tanto hay que tener en cuenta todo el entorno personal, familiar y social del paciente en relación a la estética.

Fuente: Libro de Odontología estética por Ronald E. Goldstein, volumen 1.