Ventajas del tratamiento estético

El tratamiento estético dental puede favorecer la propia imagen personal de un paciente, cómo se ve y cómo le gustaría verse. Como dice Frush, «una sonrisa puede ser atractiva, un primer acercamiento al aspecto de una persona, así como un factor importante del ego y de las experiencias deseables de la vida de un ser humano. No puede tratarse con indiferencia debido a su profundo significado emocional».

Frush comenta que en cualquier tratamiento estético es necesario considerar la satisfacción del paciente con el aspecto natural y la función del resultado. Un aspecto artificial o que éste no satisfaga las expectativas del paciente pueden dañar su ego. Frush denomina dicho daño «síndrome emocional negativo«.

La aceptación del tratamiento por parte del paciente es mucho más fácil cuando la prótesis consigue dos necesidades estéticas básicas: el reflejo de una norma fisiológica y una mejora real en el atractivo de la sonrisa y, con ello, de todas las expresiones faciales relacionadas. Facilitar esta aceptación requiere diversos elementos por parte del odontólogo:

1.optimismo constructivo, sin sobrepasar nunca los límites de la realidad y de la sinceridad,
2. demostración específica de los medios y métodos que se emplearán en el tratamiento
3. una discusión abierta de todas las ansiedades del paciente y de las opciones terapéuticas propuestas.

Se dan por hecho unos diente sanos; cuando presentan dolor, se convierten en un punto de atención exclusiva. No obstante, no es necesario dicho estímulo para que el paciente se preocupe obsesivamente del aspecto o la salud de sus dientes. Como un componente integral de la imagen corporal, los dientes pueden ser el foco de sentimientos que pueden abarcar desde la vergüenza hasta la ansiedad aguda. Como se ha señalado, es posible que los dientes no sean la causa real del problema sino, por el contrario, el objeto de la ansiedad somatizada.

Todas estas ansiedades relacionadas con las deformidades dentales están influidas por la propia visión del paciente de su deformidad dental y por la reacción de otras personas ante la deformidad. Root comenta que «el efecto psicológico primero y principal de la deformidad dentofacial se manifiesta como un sentimiento de inferioridad. Este sentimiento de inferioridad es un estado emocional complejo y doloroso caracterizado por sentirse incompetente, inadecuado y deprimido en diversos grados«. Estos sentimientos de inferioridad son una parte significativa de la autoimagen del paciente, de su deseo de tratamiento y de las expectativas de lo que el tratamiento puede conseguir.

Todos los pacientes son diferentes y precisan tratamientos individualizados. Las generalidades casi nunca se aplican; son más útiles como guías y sugerencias que como métodos o sistemas prescritos de tratamiento.

Fuente: Libro de Odontología estética por Ronald E. Goldstein, volumen 1.