Estrategias individualizadas y trabajo autónomo

A lo largo de su historia no siempre ha estado muy clara la estrategia individualizada como proceso pedagógico-didáctico planteado por las diferencias individuales. Para autores como Vives (siglos XV-XVI), Comenio (siglos XVI-XVII), Huarte de San Juan (siglo XVI), Locke (siglos XVI-XVII) y, sobre todo, Rousseau en su obra El Emilio (siglo XVIII), ha prevalecido de alguna manera el tratamiento individualizador de la persona aunque no siempre han coincidido en sus enfoques. Marín Ibáñez (1982) escribe que una pedagogía individual presupone una psicología individual, y ésta no nació hasta bien entrado el siglo XX.

En la persona descubrimos dos dimensiones bien arraigadas. Por una parte, lo que tiene de común con sus semejantes, y que permite entrar en una relación empática para comprender su capacidad de gozo, de sufrimiento, de amor, de amistad, de alegría, entre otros sentimientos; dimensión que transciende todo tipo de frontera, de raza y de lengua. A la vez, evidenciamos que existe entre los individuos diferencias cuantitativas y cualitativas relativas al desarrollo de las facultades mentales. No hay dos alumnos iguales entre sí en su constitución biológica, grado de madurez, capacidad general, aptitudes específicas, formación, ritmo de trabajo, resistencia a la fatiga, tampoco en relación con sus actitudes, ideales, intereses y valores preferidos.

Conociendo claramente estos aspectos de la persona, la educación lógica no puede ser otra que este principio fundamental: a una psicología individual deben corresponder estrategias diferenciales. La estrategia individualizada viene a ser como un conjunto de métodos y técnicas que permiten actuar simultáneamente sobre varios estudiantes, adecuando la labor docente al diverso desenvolvimiento de sus actitudes y desarrollando la inclinación hacia el trabajo escolar.

También recibe el nombre de estrategia a la medida o ajustada a cada alumno. Fernández Huerta (1983, p. 319) entiende que la estrategia individualizada se centra en el material de aprendizaje y en la planificación de la actuación discente sobre dicho material. La enseñanza individualizada se convierte en una de las estrategias más fecundas de la escuela: distingue entre el trabajo individual y el trabajo individualizado.

En la estrategia individualizada se trata de un trabajo para cada individuo, preparado para él, y se considera necesario hacérselo ejecutar dentro de ciertas condiciones. Es lo que frecuentemente practican numerosos profesores cuando al interrogar a sus alumnos, consciente o inconscientemente, adaptan sus preguntas a la capacidad de cada alumno y las ordenan según sus dificultades. Esencialmente consiste en escoger para cada uno el trabajo parti-cular que le conviene. Tampoco consideramos el trabajo individualizado como un objeti-vo en sí mismo, sino como un medio utilizable, juntamente con otros, para asegurar al alumno un desarrollo normal y una mejor formación de su espíritu.

Fuente: Libro de Estrategias innovadoras para una enseñanza de calidad, autor Ma. Luisa Sevillano García, editorial Pearson.