El método de proyectos

En la sociedad actual el concepto «servicios» ocupa un lugar preferente. Las demandas de la sociedad y de las empresas quieren ser consideradas en los procesos de formación. Han aparecido nuevas formas de enseñanza vinculadas a proyectos, y formas abiertas de enseñanza y formación. Esta apertura obliga a repensar algunas cuestiones sobre objetivos y contenidos como partes sustanciales del currículum. Estaríamos, por tanto, ante una revolución de los aprendizajes. Tales aprendizajes piden un sistema de enseñanza abierto cuyas características principales serían:

  • Flexibilidad en la organización.
  • Flexibilidad en el ámbito de los contenidos.
  • Flexibilidad en el ámbito cognitivo.
  • Flexibilidad en las formas de aprendizaje y socialización.
  • Apertura de la escuela frente a otros mundos de vida y trabajo.
  • La separación entre mundo escolar y laboral se elimina.

El concepto de escuela como enseñanza abierta, flexible, no debe confundirse con el
caos, la anarquía o con una idea postmoderna de arbitrariedad en el aprendizaje. El objetivo central de la enseñanza abierta es la autonomía, la disposición al estudio, el compromiso y la responsabilidad de los propios estudiantes. Algunas investigaciones neuropsicológicas sobre aprendizaje han demostrado que con este sistema se desarrollan nuevas estructuras mentales. Las investigaciones de Piaget encuentran una confirmación y además se complementan sacando a la luz que los desarrollos cognitivos y los evolutivos no se pueden separar. Las iniciativas personales de cada sujeto que aprende son necesarias.
En esta nueva forma de enseñar, el profesor ha de tener consciencia clara de que él es el especialista en los contenidos a estudiar y en los métodos didácticos a emplear. Su papel es también el de moderador. En función de su saber puede integrar cuestiones interdisciplinares y procesos complejos de aprendizaje. En el ámbito organizativo debe dominar las técnicas de trabajo colaborativo. La apertura frente a los alumnos no quiere decir inhibición y consentimiento de todo.

La teoría de los proyectos, y sobre todo su realización, ha encontrado gran resonancia y aceptación especialmente en Alemania. El profesor de Didáctica General de la Universidad de Nüremberg, Spanhel (1998), ha dedicado recientemente una obra a evaluar un proyecto que él diseñó y puso en práctica. De ella resumo algunos pensamientos:

  • Los proyectos parten del concepto de que hay que integrar muchos aspectos, ideas, intereses, estrategias; colaboración de estudiantes, interciclos, interdisciplinas y profesores.
  • Hay que aplicar y utilizar múltiples y diversos medios y recursos para mejorar los procesos de aprendizaje.
  • Los proyectos se han de presentar y realizar como modelos de formas integradoras.
  • Los proyectos se realizan buscando complementar múltiples y plurales formas y tareas educativas. Los temas transversales, pero también otros, se han previsto para que se trabajan de esta manera.
  • Los proyectos representan una buena plataforma de encuentro y cooperación entre científicos y docentes.
  • Los proyectos significan una posibilidad real para experimentar nuevas estrategias e innovar los procesos de enseñanza-aprendizaje.
  • Los proyectos representan un modelo integrador de estrategias colaborativas y superadores de los clásicos estilos de organización y realización de procesos de aprendizaje, y su evaluación ha de ser constructivista.

Tres fases entiende el autor, como estructuradoras de un proyecto:

  • La determinación del objetivo de estudio, trabajo e investigación. En esta fase se deben abordar las relaciones con el concepto general de la asignatura, del ciclo, del curso, del centro, etc. Se deben describir y prever los recursos que se precisarán, las posibilidades y necesidades de preparación del proyecto, la interrelación con otros centros que trabajen proyectos similares.
  • La delimitación del contexto. Participación de varios profesores, estudiantes, familias y organismos externos.
  • La identificación de posibles conflictos entre los diversos participantes.

La realización práctica de proyectos supone centrarse durante bastante tiempo (una
semana, un mes), y trabajar integrando estrategias y medios en el logro no sólo de conceptos, sino de habilidades y resultados. La teoría de proyectos integra varias estrategias como búsqueda de informaciones y cooperación, realización de mapas conceptuales, discusión, etc., y se encuadra dentro del constructivismo y de la didáctica comunicativa. Por ello se abordará por grupos de alumnos tutorizados el estudio de cuestiones de actualidad y próximas con incidencia social, política, científica, económica y del entorno, que tal vez han sido dadas a conocer por los medios de comunicación (cuestiones de energía, elecciones, inmigración, derechos humanos, profesiones, salud, etc.) y que pueden terminar en un informe para las autoridades locales, en un vídeo para los canales de televisión, en artículos para la prensa, etc. Hablo de proyecto en el contexto de una planificación de procesos de aprendizaje que intenta poner en práctica diferentes ámbitos de acción, que están dirigidos a la mediación de estrategias cognitivas y prácticas. Objetivos y metas de los proyectos son:

  • Unir la aplicación de conocimientos y experiencias de naturaleza práctica a la participación de diversos grupos de estudiantes.
  • Vivenciar la interrelación de los diferentes ámbitos dentro y fuera de la institución escolar, en el sentido de experimentar la apertura de la enseñanza hacia la sociedad.
  • Resaltar la posibilidad motivadora que de las dimensiones señaladas se puede derivar para el aprendizaje.
  • Transformar y unir en proyectos comunes la enseñanza y la vida escolar para lograr la educación y participación de los estudiantes.

Al concepto de enseñanza por proyectos se le asocian esperanzas, que no se podrán tener cuando se trate de clases tradicionales inspiradas en los libros de texto y centradas en la docencia. En líneas generales, al aprendizaje por proyectos se le reconoce una serie de ventajas como:

  • Motivación de los estudiantes, que aprenden no por notas sino por convencimiento.
  • Ofrecimiento de un aprendizaje vinculado a la vida.
  • Presentación de una estrategia democrática de aprendizaje, ya que los propios estudiantes pueden hacer propuestas de temas, modos y proyectos.

Los alumnos deben participar en el desarrollo de su aprendizaje y, gracias a la experiencia, aprenden a aplicar el método científico y mejorar la sociedad. En realidad en la vida profesional trabajamos mucho con el modelo de proyectos. Por tanto, la estimo como una estrategia útil también para la vida práctica. Conviene seguir algunas secuencias, como por ejemplo:

  • Inicio. A veces surge de forma espontánea. Se hacen preguntas, se presentan cuestionarios.
  • Preparación. Es la fase de la información, el acopio de documentación. Todos lo recursos pueden ser útiles y buenos.
  • Ejecución. Hay que reelaborar, ordenar, ver implicaciones en la vida.
  • Valoración. Siempre es bueno ver los grados de satisfacción y aprendizaje para mejorar, cambiar y continuar.

Wolfgang Schill, profesor de Didáctica en la Universidad Libre de Berlín, al preparar
en 1992 proyectos didácticos para integrar los medios de comunicación, desarrolló unos principios, fases o secuencias de la teoría y práctica de proyectos, que resumo así:

  • Determinación de los contenidos. No siempre coinciden los intereses de los estudiantes con los de los profesores e instituciones.
  • Elaboración de los contenidos. Se trata de concienciarse sobre ellos, de su importancia, y descubrir conexiones con otros contenidos.
  • Comprensibilidad de los contenidos.
  • Publicación de los resultados.

La Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por Jacques Delors, en su Informe a la UNESCO (1997), recomienda tender en la formación hacia objetivos comunes y, en consecuencia, en sus programas la educación escolar debe reservar tiempo y ocasiones suficientes para iniciar desde muy temprano a los jóvenes en proyectos cooperativos, en el marco de actividades deportivas, culturales y mediante su participación en actividades sociales: renovación de barrios, ayuda a los más desfavorecidos, acción humanitaria, servicios de solidaridad entre generaciones, etc. Otras organizaciones educativas y asociaciones deben tomar el relevo de la escuela en estas actividades.
Además, en la práctica escolar cotidiana, la participación de los profesores y alumnos en proyectos comunes puede generar el aprendizaje de un método de solución de conflictos y ser una referencia para la vida futura de los jóvenes.
Perrenoud (2000) sostiene que una metodología de proyectos, en el marco escolar,
puede apuntar a uno o varios de los siguientes objetivos:

  • Lograr la movilización de saberes o procedimientos, construir competencias.
  • Dejar ver prácticas sociales que incrementen el sentido de los saberes y de los aprendizajes escolares.
  • Descubrir nuevos saberes, nuevos mundos, en una perspectiva de sensibilización o de motivación.
  • Plantear obstáculos que no pueden ser salvados sino a partir de nuevos aprendizajes, que deben alcanzarse fuera del proyecto.
  • Provocar nuevos aprendizajes en el marco del proyecto.
  • Permitir identificar logros y carencias en una perspectiva de autoevaluación y evaluación final.
  • Desarrollar la cooperación y la inteligencia colectiva.
  • Ayudar a cada alumno a tomar confianza en sí mismo, a reforzar la identidad personal y colectiva a través de una forma de «actuar».
  • Desarrollar la autonomía, y la capacidad de hacer elecciones y negociarlas.
  • Formar para la concepción y la conducción de proyectos.

A estos objetivos se agregan beneficios secundarios:

  • Implicar a un grupo en una experiencia «auténtica» fuerte y común para volver a ella de una manera reflexiva y analítica, y fijar nuevos saberes.
  • Estimular la práctica reflexiva y los interrogantes sobre los saberes y los aprendizajes.

También en los Decretos de Currículo, tanto en Educación Secundaria como en Primaria, se contemplan los proyectos como estrategia de aprendizaje. Los
proyectos y programaciones de los profesores han de reforzar los aspectos prácticos a los que tradicionalmente se ha reservado un espacio muy reducido y marginal en el currículum escolar. Por un lado, se ha de incorporar una dimensión práctica en todas las áreas, asegurando con ello una Formación Profesional de Base apropiada para este nivel educativo.

Esta incorporación supone poner de relieve el alcance y la significación que tiene
cada una de las áreas en el ámbito profesional, estableciendo una mayor vinculación de la escuela con el mundo del trabajo y considerando ésta como objetivo de enseñanza y aprendizaje, y como recuso pedagógico de primer orden. En nuestro contexto, Rodríguez Marcos y otros (2000) utilizan esta estrategia para indagar sobre el aprendizaje de la enseñanza reflexiva en el contexto del Prácticum de Magisterio (véase Figura 1.8).

Enseñanza reflexiva

 

Los autores de este proyecto concluyen que esta forma de trabajo induce a los estudiantes en prácticas a la observación crítica y a la práctica de la enseñanza reflexiva, a incrementar la calidad de la docencia y a contribuir a la formación permanente de los tutores/as permanentes de la Universidad. Los proyectos están fundamentalmente en función del aprendizaje del estudiante. Cada variante que ofrecen es solamente para poder atender a determinados grupos. Las estrategias indicadas se realizan con el fin de dar juego a sus aptitudes y actitudes, o para compaginar necesidades individuales con aspiraciones del grupo.
En su forma más sencilla y usual, tal y como nosotros lo hemos experimentado, un proyecto es una carpeta en la que se van recogiendo, ordenando y clasificando diversos materiales, todos ellos relacionados con el proceso progresivo del aprendizaje, y donde tendrán cabida todos los recursos que permitirán a cada alumno avanzar de diversas maneras y a su medida. En él se integrará todo lo que ayude a este proceso: fotocopias, recortes de periódicos y revistas, hojas divulgativas, cintas, casetes, diapositivas, CD, cintas de vídeo, cartulinas, etc.

Para proceder a la preparación de los proyectos, si son realizados por los profesores y entregados a los alumnos, o si son confeccionados por los mismos estudiantes, hay que tener una idea clara de los objetivos que se pretende alcanzar en un determinado tiempo, que sean intercambiables y fácilmente evaluables. Si están bien diseñados deben permitir:

  • Flexibilidad en la propuesta.
  • Mantenimiento continuo, abierto a la incorporación de los contenidos complementarios.
  • Libertad en el aula y agrupación de los alumnos, elemento muy tenido en cuenta por cuantos propugnan y propugnamos el sistema de aula abierta, tanto a nivel espacial, como de agrupaciones flexibles.
  • Aprendizaje continuo.
  • Incorporar los principios del aprendizaje activo.
  • Desarrollar una pedagogía gratificante.
  • Incluir los aprendizajes ambientales y, por tanto, todas las ventajas de la enseñanza paralela.
  • Aceptar la legislación vigente en cuanto a contenidos y objetivos se refiere.
  • Formar secuencias graduales, homogéneas en sí y con un grado de dificultad ascendente.
  • Recopilar material recurrente sugestivo por sus colores, esquemas, modos de presentación, etc.
  • Insertar materiales gratos a la vista, atractivos y recreativos.
  • Añadir materiales auxiliares que fomenten y estimulen el pluralismo metodológico.

Fuente: Libro de Estrategias innovadoras para una enseñanza de calidad, autor Ma. Luisa Sevillano García, editorial Pearson.