Medición

Una segunda concepción de evaluación es aquella según la cual se la asimila al concepto de medición. Surgió fundamentalmente como consecuencia del desarrollo de la medición psicológica, durante las primeras décadas de este siglo, y como resultado de tomar conciencia de que las calificaciones escolares carecían de objetividad.

El valor de los instrumentos de medición, radica en que propor­cionan puntajes y otros índices que pueden ser manipulados estadísticamente y que permiten manejar masas de datos, establecer comparaciones y fijar normas.

Según esta concepción, la evaluación consiste fundamentalmente en elaborar instrumentos de medición, aplicarlos e interpretar sus resultados. Los aspectos a evaluar se limitan a aquellos para los cuales se dispone de instrumentos; los otros, que no se pueden medir fácil­mente son dejados de lado.

Por ejemplo, se pone el énfasis en la medición de la inteligencia y de los conocimientos adquiridos por los alumnos, en cambio se da poca importancia a la evaluación del aprendizaje en el dominio afectivo, puesto que se carece de instrumentos para describir cuantitativamente dichas conductas.

Fuente: Susana Avolio de Cois (1987), Evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje, Buenos Aires: Ediciones Marymar