El rol del estudiante virtual

A lo largo de la historia, los estudiantes siempre han tenido claro durante su aprendizaje cuál era el papel del estudiante. Debía tener una presencia determinada, un comportamiento adecuado y una actitud positiva hacia el estudio; tenía que cuidar el material didáctico, leerlo y asimilarlo y además, tenía que ser capaz de reproducir su contenido. El papel del estudiante con el que todos estamos familiarizados es el resultado de una formación centrada en el docente y de un sistema educativo definido para responder a las necesidades de la industria y del sector servicios.

La formación gremial y artesanal del maestro que enseñaba al aprendiz a su cargo se transformó en aulas, que permitían una formación en masa más económica, donde un único maestro formaba a un grupo de personas, ya fueran niños u operarios. Así, una única persona formaba a un grupo de aprendices que iban a un mismo lugar, donde escuchaban, hacían lo que se les pedía, y se dedicaban a las mismas cosas al mismo tiempo. Éstas son algunas diferencias que nuestro estudiante puede encontrar cuando empieza su formación en un entorno virtual:

aprendizaje centrado en contenidos

Según su situación personal y su experiencia educativa, cada estudiante se decantará más por un enfoque u otro, o se sentirá más cómodo con ciertas características de uno o del otro. Sin embargo, con el avance del conocimiento sobre cómo aprendemos, con la orientación del aprendizaje hacia la realidad del aprendiz, y con la evolución de la tecnología, la situación cambia sustancialmente y las propuestas docentes no podrán continuar basándose en un aprendizaje centrado en contenidos:

  • Las expectativas de los estudiantes, de los docentes y de la sociedad cambian. Eso «reordena» los roles del estudiante y el del docente.
  • Se puede aprender «a distancia» sin perder la relación y el contacto estrecho con los compañeros y el profesorado.
  • La información y los recursos provienen de muchas fuentes y personas, no exclusivamente del docente.
  • La distancia empieza a dejar de ser un obstáculo que a salvar, o compensar, y se convierte en una característica del entorno de aprendizaje.

Esta reflexión sobre los retos del nuevo siglo nos lleva a centrar la discusión sobre el aprendizaje virtual focalizando en el estudiante. Concretamente, en dos retos importantes: a) la centralidad del estudiante y b) su rol en la formación.

Fuente: Sancho Teresa, Borges Federico y Gros Begoña, Evolución y retos de la Educación virtual, Construyendo el E-learnig del siglo XXI, Editorial UOC, Barcelona.