Descubriendo mi creatividad

El Dr. Torrence (1967) citado en De la Torre (2007), demuestran en estudios realizados a niños que ingresan a la guardería hasta el sexto grado. Que al comienzo de sus vidas la mayoría de los pequeños exhiben un valioso potencial creativo, que es destruido, en la mayoría de los casos, en la época que llegan alcuarto grado.

No se trata de sofocar la creatividad en el menor, solo de reconocerla allí donde existe. En ocasiones lo toman como desobediencia, excentricidad e incluso estupidez. La creatividad implica de huir de lo obvio lo seguro y lo previsible para producir algo que, al menos para el niño resulta novedoso (Torrence, 1967)), esto lleva a un cuestionamiento por parte del niño que muchas veces puede llegar a exasperar a quienes lo rodean.

En la mayoría de las aulas de la escuela primaria se considera que el buen alumno que repite lo que se le dice y hace dibujos como lo que ve en el libro. El jovencito creativo, por el contrario, desea inventar sus propias historias. Dibuja lo que realmente ve de la manera en él lo ve, en ocasiones esto le genera problemas. El niño creativo constantemente formula interrogantes porque desea captar el sentido de lo que ve y oye.

Cuando llegamos a la adolescencia y bueno que podemos decir en la edad adulta, ya ni siquiera se cuestiona solo se actúa, bajo las instrucciones o ya planteamientos existentes para hacer algún producto. Se pierde el ingenio, la iniciativa por crear llegando al conformismo, o dicho de otra manera responder con el mínimo esfuerzo, porque es más fácil para muchos continuar, con lo mismo de siempre.

De ahí la importancia de hacer cambios importantes en nuestro proceso creativo, no hay edad para continuar por este comino de la creatividad, debemos continuar en la exploración, como niños sin miedo a equivocarnos y si así fuera solo debemos volver a intentarlo, eliminar el miedo a la expresión, al sentir y al actuar, de las creaciones y de sí mismo.

La expresión es un don y un arte cuya función consiste en establecer una armonía entre el individuo y la sociedad misma que puede conseguirse en la medida que la expresión encuentre posibilidades para desarrollarse y ejercitarse. Toda nuestra existencia está referida al mundo en que vivimos condicionada por elementos externos que favorecen o limitan nuestra posibilidad de expresión. Vivimos una constante relación entre nuestro yo y el mundo que nos rodea, la expresión ayuda, puesto que permite equilibrar dicha interacción y adaptarnos más a nuestra realidad. Waisburd, (2008)

Las personas no debemos ser objeto y existir en el mundo a la espera de ser manejados por la sociedad, seres pasivos sin    iniciativa.   Somos  seres  que  experimentamos  y aprendemos de nuestra propia experiencia y sostenida por una historia, en donde la experiencia de otros que vivieron antes que nosotros, y hoy recreamos con nuestras propias posibilidades creadoras.

La persona que se encierra sí misma, que no puede dar ni recibir y se aniquila lentamente. En cambio un ser que adopta una actitud de apertura desarrolla el compartir y la imaginación. Enriquece su persona y está en constante encuentro con su autorrealización. Descubrir nuestra creatividad, no es una agudeza intelectual o una habilidad, es vivir con actitud ante la vida, es un rasgo de carácter ante cualquier situación y aspecto de la vida.

Fuente: Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, Dirección de Educación Continua, Aplicando la Creatividad en la Educación, 2014.